Los visigodos han acampado este otoño a Cerceda (El Boalo-Cerceda-Mataelpino) y parece que con intención de quedarse un tiempo.
Tal vez tenga que ver con la existencia en esta localidad de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de este tiempo y estas gentes llegadas del norte y que se expandieron por toda la Península.
En El Rebollar se excava en la historia y en las calles y plazas de Cerceda se recrea y conoce cómo era la vida y costumbres de aquellas gentes.
Durante este sábado, el Grupo Clan del Cuervo, ha mostrado el día a día en esa etapa de la en la Edad Media. La ambientación de un mercado tradicional ayuda a comprender los usos, el estado del arte y la economía de entonces.
Y este domingo quienes se acerquen a Cerceda podrán participar en la ruta gastronómica visigoda. Los más pequeños tienen la posibilidad de acudir al taller de Antropología “Se quedaron en los huesos”, impartido por los investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid.
Quien sabe. En estos días de ánimas y presencias extrañas tal vez algunos se crucen con Recesvinto, Wamba, Alarico o Turismundo en algún rincón de este municipio serrano.