Cientos de personas han asistido hoy a la tradicional Tamborrada de Resurrección en la Plaza Mayor, a cargo Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora de Zaragoza, que ha puesto el broche final al programa de procesiones y demás actividades religiosas de la Semana Santa madrileña.
Junto a la cofradía aragonesa ha participado la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo, que ayer Sábado Santo marcharon juntas en la procesión de la Virgen de la Soledad y el Cristo yacente, la última que ha tenido lugar en la capital.
Como ha explicado a Efe Fermín Fernández, miembro de la congregación de la Soledad, desde hace más de una década colaboran con una hermandad zaragozana diferente cada año para realizar el acto conocido como "romper la hora", dar testimonio que Cristo ha resucitado.
Fernández también ha explicado que para los cofrades hoy es un día muy importante, que afrontan con "pena y alegría al mismo tiempo", porque supone el fin de la Semana Santa, algo que esperan durante todo el año y al que dedican mucho esfuerzo y trabajo.
Previamente a la tamborrada, se ha celebrado una eucaristía en el monasterio del Corpus Christi, situado en la Plaza del Conde de Miranda, desde donde los hermanos zaragozanos han recorrido el centro de la capital hasta la Plaza Mayor.
Allí, acompañados por el sol y por cerca de un millar de personas -entre devotos, turistas y curiosos-, los tambores y bombos han llenado de estruendo la plaza durante más de una hora.
La Semana Santa madrileña comenzó oficialmente hace siete días con la procesión de las Palmas y la misa del Domingo de Ramos y en esta ocasión, a diferencia de años anteriores, ha prevalecido el buen tiempo y no se ha tenido que suspender ninguna procesión.
En total 13 hermandades y cofradías han desfilado por las calles de la capital en esta semana grande del cristianismo, en procesiones como la de El Pobre, El Divino Cautivo, la Macarena o la de Jesús de Medinaceli, entre las más famosas.