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El 2021 deja en Madrid un balance de 35 homicidios, 9 por violencia de género
- Son datos similares al año anterior
La Comunidad de Madrid ha registrado este año 35 homicidios, entre ellos 7 mujeres y dos niñas que murieron asesinados por violencia de género. Son datos similares a los de años anteriores (en 2020 hubo 37 y 32 en 2019), pero es un balance provisional, en el que quedan algunos casos de muertes pendientes de determinar, por lo que podría subir.
12 de estas muertes fueron por arma blanca
De los crímenes de 2021, 7 pertenecen a territorio Guardia Civil, todos esclarecidos; y el resto Policía Nacional, gran parte de ellos también resueltos. La tercera parte de los fallecidos son extranjeros y otro tercio mujeres (12).
En cuanto a las causas conocidas, hubo 9 asesinatos machistas, 2 por robos, 2 por violencia doméstica, 8 por reyertas o peleas, 2 por causas sentimentales, 3 por riñas entre indigentes, 2 por bandas juveniles y 3 por ajustes de cuentas.
Un total de 12 de estas muertes fueron por puñaladas, 6 por disparos, 7 por golpes, 3 por asfixia, 1 por atropello y 1 por envenenamiento por droga.
La crónica negra del año en la región comenzó el 15 de enero con el múltiple apuñalamiento de un hombre español en la calle Alhambra, en el madrileño distrito de Latina. Fueron detenidas tres personas en un narcopiso y el móvil del crimen fue sentimental, mezclado con deudas por drogas.
Dos días sucedió el primer homicidio por violencia de género. El cadáver de la mujer, española y de 82 años, fue hallado en su piso de Vallecas. Le había acuchillado su marido, que intentó quitarse la vida.
Parecido fue el asesinato en febrero de otra mujer en Majadahonda, a quien mató su esposo con una carabina, con la que trató de suicidarse después. En ambos casos no había denuncia.
El siguiente homicidio también fue por violencia de género. Ocurrió el 2 de marzo en Torrejón. Un hombre mató a puñaladas a su expareja en el edificio en el que trabajaba como conserje. El asesino fue detenido.
Cuatro días después el hospital de Alcalá se tiño de luto. Un conductor de ambulancias mató allí a puñaladas a un enfermero del centro porque pensaba que mantenía relaciones con su exnovia, empleada también del hospital.
El 10 de marzo, un incendio en una vivienda de El Molar destapó un trágico asesinato machista. Un hombre mató de 45 años mató a su mujer paraguaya y a su hija de 11 años y luego se suicidó también de un tiro justo antes de prender fuego al chalet. No había denuncias previas.
Una semana después otra mujer murió asfixiada en un piso del barrio de Aluche a manos de su hijo con problemas de esquizofrenia, que se suicidó minutos después tirándose por la ventana.
El último día del mes un hombre liberiano de 50 años, posteriormente detenido, mató a otros a puñaladas en Fuenlabrada a otro, un español de 54 años, por motivos aún desconocidos.
También fue extraño al principio el apuñalamiento mortal el día de San Isidro de un ecuatoriano de 46 años en una calle de Pueblo Nuevo. La Policía Nacional detuvo semanas después a tres personas, con las que un amigo del finado habría mantenido un enfrentamiento previo.
Dos días después fue asesinado con un cuchillo un sudamericano de 30 años en la calle Puerto de Navacerrada, en Puente de Vallecas. Al parecer, había mantenido una riña con otro hombre, que fue detenido como autor de los hechos en agosto en Barcelona.
Los casos del segundo semestre del año
Ya en junio, la Policía Nacional encontró los cadáveres de un varón y una mujer con disparos en cabeza y pecho en Somosaguas (Pozuelo de Alarcón). Un expiloto de avión, español de 66 años, disparó a su mujer, una ex azafata británica de 59, con la que se estaba separando, y luego se suicidó.
El 13 de junio dos hombres argelinos, detenidos poco después, mataron con una barra de hierro a otro compatriota, de 41 años, en una zona ajardinada junto a la mezquita de la M-30. La Policía cree que se trató de una riña entre indigentes.
Un martillo fue el arma utilizada días después por otro hombre para matar a su mujer en un piso de Moratalaz. La víctima tenía 81 y el agresor 84, que fue detenido tras alegar que la había matado porque su esposa "tenía relaciones con gente del barrio".
A finales de junio, fue hallado el cuerpo sin vida de un indigente de 64 años en una calle de Collado Villalba con numerosas heridas punzantes. Un mes después fue arrestado como autor un marroquí de 26 años. El motivo, un robo y rencillas anteriores entre ambos.
El crimen más mediático de este año ocurrió el 14 de julio. Isaac, un incipiente rapero de 18 años, fue perseguido por un grupo en patinete, que le alcanzó y le asestó tres puñaladas por la espalda en el túnel de la calle Comercio. Cuatro meses después fueron detenidos como presuntos autores cuatro adolescentes, tres de ellos menores, que le mataron porque no quería entrar en la banda juvenil a la que pertenecían.
El 22 de julio fue detenido un hombre de 79 años por matar de un golpe en la cabeza con un jarrón a su mujer, de 76 años, en su casa de Pozuelo. No constaban denuncias previas.
Ya en agosto, un joven mató a puñaladas a otro tras una discusión en un piso turístico en el barrio madrileño de Prosperidad.
Días después fue hallado en un descampado de Vallecas un cadáver que tenía los dedos y los dientes arrancados para impedir su identificación. El hombre era de mediana edad y no estaba documentado. La Policía trabaja para lograr detener a los autores de ambos homicidios.
También en agosto un marroquí, arrestado poco después, mató a un español de origen ecuatoriano de 65 años en una pelea ocurrida en la calle Monte Igueldo, en Vallecas. Le dio un puñetazo y cayó al suelo, golpeándose mortalmente en la cabeza.
El 4 de septiembre un hombre de 31 años murió de un disparo en un chalet de Cadalso de los Vidrios. Fue detenido un amigo, de 49 años, que alegó que el disparo fue accidental, pero la Guardia Civil lo pone en duda. De momento, el arrestado está en libertad a la espera de juicio.
Más claro fue lo ocurrido el 6 de octubre, cuando una indigente mató a otro de un puñetazo en una pelea en la calle Bolsa, en el centro de la capital. Cinco días después un hombre murió tras ser acuchillado en el abdomen en una calle del distrito de San Blas por ajuste de cuentas. El difunto era español de 54 años y tiene antecedentes por malos tratos y robos.
Otro caso extraño ocurrió en el puente de Todos los Santos, cuando un empresario puertorriqueño fue hallado muerto sin signos externos de violencia en el hotel Palace. La Policía detuvo hace unos días a sus autores, dos hombres a los que conoció en una discoteca de Chueca y que le echaron GHB en una copa para que se durmiera y así robarle. Pero se pasaron con la droga y el hombre falleció.
El día 20 de noviembre tuvo lugar otro de los sucesos más dramáticos del año, cuando una chica de 20 años fue atropellada mortalmente en la Ciudad Universitaria de Madrid. Aún se busca al conductor, que junto con el resto de ocupantes del vehículo, ya localizados, se fugó.
También en noviembre fue detenida una mujer que asfixió hasta la muerte a una anciana que cuidaba en su casa de Chamartín. Además, un marroquí de 42 años murió de un tiro en la nuca en un coche de Getafe, en un probable ajuste de cuentas.
Un día después en Cercedilla fue apuñalado mortalmente un joven hondureño a manos de otro dominicano, arrestado poco después. Tenía orden de alejamiento de la víctima por amenazas de muerte tras pelearse en un bar. El día 30 un preso de la cárcel de Aranjuez, de solo 19 años, murió al golpearse en el baño tras un puñetazo dado por otro reo.
En diciembre hallaron en Vallecas a un colombiano muerto por asfixia, atado y con la boca tapada. Además, el 29 en bar de Parla fueron asesinados a cuchilladas y golpes a dos hombres y el autor ya ha sido detenido.
Y el último día del año un hombre se suicidó tras supuestamente matar a su hija, de 3 años, en un nuevo caso de violencia vicaria.