Madrid ha amanecido este sábado sin la obligación de llevar mascarilla en exteriores si se respeta la distancia de seguridad de un metro y medio, y tras más de un año durante el que el cubrebocas era un complemento obligatorio para prevenir los contagios de coronavirus, tanto en interiores como en exteriores.
Algunos madrileños han optado por quitársela desde esta misma medianoche, y a las 00:01 horas ya se estaban deshaciendo de sus mascarillas sin pensárselo dos veces, pero otros han optado por seguir llevándola.
Esta medianoche, cuando los relojes de distintas plazas del centro de la capital marcaron las 00:00 horas, cientos de ciudadanos lanzaron sus mascarillas al vuelo para celebrar su fin, pero esta mañana se ha evidenciado que esa imagen fue más simbólica que determinante ya que lo usual sigue siendo ver a gente con mascarilla.
En la capital la prudencia reina en las calles, y la mayoría de los ciudadanos sigue llevando la mascarilla por precaución y por costumbre.
No se han registrado incidentes destacables a causa de la flexibilización del uso de la mascarilla, que sigue siendo obligatorio en exteriores cuando haya aglomeraciones y no se pueda mantener una distancia mínima de 1,5 metros de distancia entre personas, salvo grupos de convivientes.
También sigue siendo obligatorio su uso en los medios de transporte público, incluido en andenes y estaciones de viajeros y teleféricos, al igual que en los vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio.
En los eventos multitudinarios al aire libre la mascarilla será obligatoria cuando los asistentes estén de pie o, si están sentados, cuando no se pueda mantener 1,5 metros de distancia entre personas.