Miles de conductores de autobús protestan este martes en Madrid, frente al Ministerio de Transportes, por la situación de desprotección en la que, aseguran, se encuentran desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Suman pérdidas que el sector cifra en más de 500.000 euros por empresa. Las deudas se acumulan y no cuentan con ayudas.
Por la mañana han llegado al estadio Wanda los autocares de Madrid y desde allí han iniciado la marcha al Ministerio de Transportes. Mientras, los que han venido de otros puntos de España se han dirigido directamente al Ministerio. Esto ha provocado un caos de tráfico en las zonas por donde han accedido, como la plaza de Conde Casal.
Los empleados del sector están desesperados y al borde de la ruina. El testimonio de uno de ellos, recogido en el programa 120 Minutos de Telemadrid, pone de relieve la angustia que viven los conductores. Este profesional no ha podido evitar las lágrimas: "Vamos a perder la empresa que tenemos entre 5 hermanos. Es una empresa familiar. Vamos a la ruina"
La patronal pide ayudas
La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) ha pedido al Gobierno que amplíe un año el periodo de carencia y de cinco años la devolución de los créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Confebus ha solicitado también que se amplíe la moratoria un mínimo de doce meses respecto a los contratos de leasing o renting, así como que se compensen los contratos de transporte escolar de centros públicos y de transporte de uso general.
Incertidumbre y crisis duradera
Señala que prevé que esta crisis sea más duradera de lo que se esperaba, por lo que, todas las medidas adoptadas hasta ahora "resultan insuficientes para mantener la supervivencia de las empresas de transporte".
La patronal ha explicado que el autobús se encuentra en un momento "de gran incertidumbre" por la restricción de la movilidad, la principal medida adoptada por el Gobierno para evitar la propagación del virus, que afecta de forma directa al sector.
Vale como ejemplo Jesús, que tiene una empresa, Autocares Rosamar, con 30 autobuses, la mayoría dedicados al transporte escolar, y más de 80 empleados. Dice que en estos meses han acumulado pérdidas por valor de 500.000 euros y que tiene una deuda en créditos del ICO de más de 600.000 euros. A ello hay que añadir todos los gastos de mantenimiento y letras de los vehículos. A los empleados los tiene ahora a tiempo parcial después de sacar a muchos del ERTE.