La Policía Municipal de Madrid ha puesto en marcha un refuerzo diario de al menos 360 agentes durante las fiestas del Orgullo, que se extienden hasta el domingo 4 de julio, y que incluye el control del aforo de las plazas de Chueca y Pedro Zerolo, contemplando la posibilidad de cerrarlas al público "si no hubiera capacidad para asumir a más personas".
La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, ha explicado este jueves en rueda de prensa que el dispositivo ya estuvo en funcionamiento en la noche de ayer y actúa fundamentalmente en el entorno del barrio de Chueca, epicentro de las fiestas del Orgullo.
Sanz ha señalado que hay una especial "presencia policial" en las plazas de Chueca y Pedro Zerolo, para procurar "que no entre más gente" si se supera el aforo pertinente, y "si hay que disolver alguna de esas concentraciones, por supuesto que se hará".
El despliegue, que cuenta con el apoyo de la unidad municipal de drones, supone un incremento de 160 agentes diarios sobre el operativo de refuerzo de 200 agentes ya habitual, que desde semanas atrás trabaja los fines de semana para controlar botellones y fiestas ilegales.
Los objetivos de este dispositivo son evitar "robos y hurtos", vigilar "la práctica del botellón", observar el cumplimiento de la normativa sanitaria por parte de los locales y en definitiva "incrementar la seguridad ciudadana".
Temor a un repunte
Sanz ha hecho hincapié en que la pandemia está "lejos de haber terminado", dado que "puede haber algún repunte", y ha hecho un llamamiento "a la responsabilidad individual" para que no se produzcan aglomeraciones como las que ya se produjeron anoche en la zona.
Y ha advertido de que "se impondrán las sanciones que haya que poner", como ocurre "todos los fines de semana".
Respecto al apuñalamiento de un joven de 19 años ocurrido en la noche de este miércoles en Chueca, Sanz ha indicado que la investigación la está llevando la Policía Nacional y que el Ayuntamiento no tiene más detalles al respecto.
Por otro lado, Sanz se ha referido a la polémica por la decisión del Consistorio de no colocar la bandera arcoíris en su sede, el Palacio de Cibeles, esgrimiendo el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo del año pasado que prohíbe exhibir banderas "no oficiales" en edificios públicos para mantener la neutralidad institucional.
"Lo que hace el Ayuntamiento de Madrid, como no puede ser de otra manera, es cumplir esa sentencia", ha defendido Sanz, quien ha destacado la "campaña muy importante" emprendida por el Consistorio con motivo del Orgullo, con carteles y la iluminación de la plaza de Cibeles con los colores del arcoíris.
Ha confirmado, además, que fueron dos áreas dirigidas por Ciudadanos, la de Vicealcaldía y la de Familias, Igualdad y Bienestar Social, las que contactaron con los colectivos LGTBI para acordar que el Ayuntamiento asumiera el coste (15.000) euros de la bandera de 700 metros que la organización del Orgullo desplegará el sábado en la Gran Vía.