Las fiestas de San Isidro se han iniciado esta tarde con el pasacalles de gigantes y cabezudos por el centro de Madrid y con el pregón que este año ha corrido a cargo del torero extremeño Alejandro Talavante, que el 18 de mayo se encerrará en Las Ventas como único espada para lidiar seis "victorinos".
Talavante (Badajoz, 1987) sucede en los honores de pregonero a Pedro Duque, Jaquín Sabina, Miguel Bosé, Nacho Cano, Blanca Portillo y Raphael, entre otros.
El desfile ha salido a las seis de la tarde desde dos puntos distintos: uno desde la plaza de Santo Domingo y el otro desde la Plaza de Oriente.
La primera comparsa, a cargo de la Asociación de Gigantes y Cabezudos de la Ciudad de Madrid, estaba formada por catorce figuras que representan personajes de la historia de la capital, como San Isidro y su mujer, Santa María de Cabeza; Goya y la duquesa de Alba; Carlos III e Isabel II, y el alcalde de Móstoles en 1808.
El segundo pasacalles ha sido protagonizado por los Gigantones y Gigantillos de Burgos, de cuya creación se cumplen 113 años, aunque los personajes originales quedaron destruidos en un incendio hace 40 años y fueron sustituidos por réplicas, y estaba compuesto por doce figuras de los Reyes Católicos, el Cid Campeador y doña Jimena, y muñecos de las distintas razas del mundo.
Esta comparsa estaba acompañada por una pareja de gaiteros de Arnedo y Cervera (La Rioja) y dos parejas de Estella (Navarra), así como por varios dulzaineros madrileños.
El recorrido de ambas comparsas de gigantes y cabezudos se ha unido en la Puerta del Sol, en la que han contagiado su alegría a pequeños y grandes, y se han dirigido hasta la Plaza de la Villa, donde les esperaba una comitiva municipal, en la que estaban Fernando Villalonga y Juan Antonio Gómez-Angulo, quienes hoy han sido sustituidos de sus cargos al estar afectados por la sentencia del Constitucional que anula los nombramientos de miembros de los gobiernos municipales no electos.
Antes del pregón, Alejandro Talavante ha confesado que estaba "asustado" por dirigirse a tanta gente.
"Me cuesta menos con la muleta y el capote. Y voy a hacer lo que pueda", ha dicho.
El diestro ha iniciado la lectura del pregón que ha dado el pistoletazo de salida de las fiestas de San Isidro desde el balcón de la Casa de la Villa ante un público que llenaba la plaza y que le ha gritado en varias ocasiones "torero, torero".
En el balcón, estaban también el teniente de alcalde de Burgos, Fernando Gómez, y la reina de las fiestas de esa ciudad, Eva Gutiérrez.
En su intervención, Talavante ha destacado que era un honor "cargar con el peso" del pregón; ha recordado que nació a 400 kilómetros de Madrid, y ha destacado que la capital es una ciudad en la que "nadie suele preguntar de dónde vienes, sino qué tienes que decir y contar".
El torero ha dejado el papel que estaba leyendo a un lado y ha improvisado para decir emocionado que las palabras no estaban a la altura de lo que quería expresar y ha proclamado: "Madrid, sin vosotros, no tendría sentido".
Tras recordar una estrofa de la canción "Pongamos que hablo de Madrid", de Joaquín Sabina, Talavante ha adelantado que el próximo día 18 se va a "entregar" por lo que esta ciudad significa para él. "Espero que, con mi entrega, os quedéis saciados de mí", ha rematado.