Tiempo en Madrid: del fresco y las lluvias a uno de los veranos más calurosos de los últimos 30 años
Existe una “alta probabilidad” de que el trimestre veraniego de junio a agosto vaya a ser “más cálido de lo normal en todo el país”, especialmente en Baleares y Canarias, y la mitad oriental peninsular
SERVIMEDIA
El trimestre veraniego formado por los meses de junio, julio y agosto será uno de los más calurosos en España de los últimos 30 años, y llevará más precipitaciones a buena parte del país después de que el trimestre primaveral entre marzo y mayo haya sido el más cálido y el segundo más seco de la serie histórica nacional, que comienza en 1961.
Esa es la predicción estacional para el verano meteorológico, dada a conocer este miércoles en una rueda de prensa telemática por Rubén del Campo y Estrella Gutiérrez, portavoz y jefa del Departamento de Coordinación de Delegaciones Territoriales de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), respectivamente.
Gutiérrez subrayó que existe una “alta probabilidad” de que el trimestre veraniego de junio a agosto vaya a ser “más cálido de lo normal en todo el país”, especialmente en Baleares y Canarias (70% de probabilidades de que así lo sea), y la mitad oriental peninsular (60% de probabilidades).
Además, según el modelo de Copernicus -de la UE-, hay entre un 50% y un 70% de probabilidades (incluso más del 70% en el entorno de los archipiélagos) de que este verano esté entre uno de los cinco más cálidos entre 1993 y 2016. “El verano pinta muy caluroso”, indicó Del Campo, al tiempo que aventuró que “puede estar entre los cinco, seis o siete más cálidos de los últimos 30 años”. “Es poco probable que sea más cálido que el año pasado, que fue extraordinario con 41 días de olas de calor”, añadió.
En cuanto a las precipitaciones, hay un 50% de probabilidades de que sea más lluvioso de lo normal en el tercio este peninsular y Baleares, y un 40% de que lo sea en la vertiente atlántica, mientras que no existe una señal clara de cómo se comportará en el área cantábrica y en Canarias.
Según Del Campo, “no es raro” que se produzca “algún episodio de lluvias torrenciales” en el área mediterránea, como ocurrió en julio de 2017.
PRIMAVERA
Por otro lado, la primavera meteorológica -que comprende los meses de marzo, abril y mayo- fue la más cálida de la serie histórica nacional, es decir, desde 1961. Resultó ser “extremadamente cálida” con una temperatura media de 14,2 grados en la España peninsular, es decir, 1,8 grados más que la media entre 1991 y 2020.
“Tres de las cuatro últimas estaciones han sido las más cálidas: verano y otoño del año pasado, y la primavera de 2023, que supera a la primavera de 1997, la más cálida hasta ahora, por 0,3 grados. Nos vamos acostumbrando a que cosas que parecían insólitas vayan produciéndose con cierta frecuencia”, comentó Del Campo.
Marzo fue muy cálido (11,6 grados de media, el tercero más caluroso desde 1961), abril también resultó muy cálido (14,9 grados, el más caluroso del registro histórico) y mayo acabó siendo normal (16,1 grados, el 20º más caluroso).
De hecho, la primavera resultó ser más cálida de lo habitual de forma casi interrumpida desde el 8 de marzo hasta el 11 de mayo. Después vino un periodo fresco.
Respecto a las lluvias, el trimestre primaveral de este año fue el segundo más seco desde 1961, con 95,4 litros por metro cuadrado, solo superada en cuanto a escasez de precipitaciones por la de 1995. “No fue la más seca ‘in extremis’ porque hasta el 28 de mayo lo era”, apostilló Del Campo.
Marzo resultó muy seco (el sexto desde 1961), abril fue extremadamente seco (el menos lluvioso de la serie) y mayo acabó siendo normal (con lluvias concentradas en la segunda quincena).
SEQUÍA LARGA
Por otro lado, España continúa en una situación de sequía de larga duración, esto es, con escasez de lluvias en los últimos 36 meses, algo que comenzó pasado mes de noviembre y que se prolonga pese a las tormentas de finales de mayo.
Esa sequía duradera es especialmente intensa en el nordeste y el tercio sur peninsular. De hecho, está siendo la más larga en la cuenca de acumulación del sur y el Guadiana, y la más intensa en el Pirineo oriental.