Vecinos de Arroyomolinos, cuyas casas están situadas al borde del arroyo de la Arroyada, han dado la voz de alarma este martes después de que sus peores previsiones ante las fuertes lluvias se hayan confirmado: la crecida del arroyo ha provocado nuevos desprendimientos al pie de sus viviendas.
Gloria, una de las residentes en la calle Alamo, ha señalado a Efe que, tal y como se temían, la crecida del citado arroyo de la Arroyada, un pequeño riachuelo que atraviesa el casco urbano del municipio, ha derribado ya otro de los muros traseros de las viviendas y amenaza con seguir horadando el terreno.
Los vecinos han tenido que avisar a los servicios de Emergencia, que se están planteando en estos momentos si las casas corren riesgo de derrumbe y hace falta desalojarlas, ya que el caudal del río llega ya al borde del puente.
Continuos desprendimientos
Tanto Gloria como otros vecinos de la zona llevan años denunciando los continuos desprendimientos de tierra que se están produciendo en la parte trasera de sus viviendas, en las calles Alamo y Alameda, que dan al citado arroyo de la Arroyada.
El punto de inflexión tuvo lugar en noviembre de 2021, cuando tras otras lluvias torrenciales que afectaron a varios puntos de la zona sur de la región provocaron nuevos derrumbes en los márgenes del arroyo de la Arroyada, esta vez, alcanzando algunas viviendas.
Desde el Ayuntamiento insisten en que llevan actuando en los últimos dos años en el mantenimiento y limpieza del cauce, pero que hasta septiembre pasado la Confederación de Hidrográfica del Tajo (CHT), entidad competente en todo lo que tenga que ver en el cauce del río, no les ha dado autorización para iniciar el proyecto de apuntalar los márgenes.
Luz verde a las obras
El Consistorio dio luz verde el 5 de octubre pasado a las primeras obras, aunque sólo en cinco de los ocho tramos propuestos en el proyecto integral, ya que la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, no ha aprobado en su totalidad las actuaciones.
Sin embargo, tal y como confirman los vecinos a Efe, las obras previstas aún no han comenzado, por lo que, un año más, las lluvias otoñales han vuelto a provocar el miedo entre los residentes en esta zona.
La obra que tiene que acometer el Consistorio se divide en dos tipos de actuaciones: en una primera fase, se procederá a la limpieza del cauce y la protección de la escollera, con el fin de evitar que progresen y pongan en peligro los taludes de las viviendas de la margen izquierda, y el sendero de la margen derecha.
La segunda actuación consistirá en un tratamiento de estabilización de las partes superiores del talud, donde se encuentran las fincas que lindan con el cauce, mediante claveteado del suelo o 'soil nailing'.