Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid celebran mañana, 15 de agosto, la fiesta de su patrona, la Virgen de la Paloma, con la bajada de su imagen del retablo de la iglesia del mismo nombre y su recorrido en procesión, por la tarde, por el centro de la capital.
Los actos en honor de la Virgen de la Paloma, muy venerada por los madrileños, comenzarán a las 10.00 horas con una ofrenda floral en la fachada del colegio La Salle-La Paloma, en la calle de la Paloma.
A las 13.00 horas comenzará la Misa Mayor en la iglesia de Nuestra Señora de la Paloma presidida por el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, y a la que está previsto que asista la alcaldesa de la capital, Ana Botella, acompañada por miembros de la corporación municipal, ha informado la Archidiócesis de Madrid.
También estarán presentes miembros de la Congregación de Nuestra Señora la Virgen de la Paloma, de la Hermandad de Nuestra Señora la Virgen de la Paloma del Cuerpo de Bomberos, de la Asociación Memorial de Reales Tercios de España, de Congregaciones y Hermandades invitadas.
Una vez finalizada la Eucaristía, a las 14.15 horas, se procederá al descendimiento del cuadro de la Virgen de la Paloma, al que se le atribuyen varios milagros, a cargo de bomberos del Ayuntamiento de Madrid.
El lienzo, de casi 100 kilos, será colocado en el Presbiterio para su veneración popular hasta las 18.30 horas.
A las ocho de la tarde, la procesión con el cuadro de la Virgen seguirá el itinerario tradicional por la calle de la Paloma, Gran Vía de San Francisco, Puerta de Toledo, calle Toledo, plazas de la Cebada y de Moros, Carrera de San Francisco, calle Calatrava y de la Paloma, para su ingreso en el templo.
La historia de la imagen de La Paloma se remonta a 1787 cuando Isabel Tintero, una mujer devota natural de Madrid, se la compró a unos muchachos que jugaban con el lienzo en un solar al lado de donde hoy se levanta el templo.
Fue entonces cuando Tintero, cuyos restos descansan a los pies de la Virgen, tal y como ella dejó escrito en su deseo, inició el culto a la misma en su propia casa, situada en la calle de La Paloma.
Quién lo pintó, cuándo y cómo llegó hasta allí son algunas de las preguntas que siguen sin tener respuesta y llenan de enigma al cuadro de la Virgen.
Sobre la imagen del lienzo hay varias versiones pero la que más popularidad ha alcanzado a lo largo de los años es la de un cronista de la Villa y Corte, Antonio Velasco, quien en 1943 escribió que La Paloma era "el vivo retrato de una monjita profesa en un convento de Burgos a mediados del siglo XVI".
En cuanto a la tradición de que sean los bomberos quienes descuelguen el cuadro, la historia cuenta que los feligreses de la parroquia de La Paloma reclamaron su ayuda cuando éstos realizaban maniobras en los terrenos que posteriormente se convertirían en la Gran Vía de San Francisco, para descolgar el cuadro de su patrona y llevarlo en procesión.
En ese momento se instituyó la tradición de que fueran ellos quienes, cada 15 de agosto, descolgasen el cuadro y lo portaran en la procesión.