El jurado popular no ha tenido dudas de la culpabilidad de Sergio Morate en el doble crimen de Cuenca. A la espera de la sentencia definitiva del juez, hoy nos preguntamos qué esconden los gestos y el comportamiento de este hombre, que durante todo el juicio ha mantenido una actitud casi ausente.
Distante y frío, como ausente, la actitud de Sergio Morate en el juicio donde se jugaba tantos años de cárcel es propia, según los expertos, de una personalidad psicopática. Un asilamiento que se combina con una falta total de empatía hacia sus víctimas: El relato de los forenses apenas le hizo mella.
Sólo en un momento Morate pareció reaccionar. Cuando se mencionó en el juicio al marido ucraniano de su ex novia. Aún más encerrado en sí mismo en la lectura del veredicto del jurado, una forma de no reconocer su culpa y evitar mostrar así cualquier signo de debilidad.
Los expertos coinciden en que, en casos así, la rehabilitación del criminal es prácticamente imposible.