Entre 80.000 y 90.000 familias madrileñas, aproximadamente 250.000 personas, serán perceptoras del Ingreso Mínimo Vital (IMV) puesto en marcha recientemente por el Gobierno de España, según las estimaciones que maneja la Comunidad de Madrid. Así lo ha indicado en la Comisión de Políticas Sociales el consejero del ramo, Alberto Reyero, quien ha reconocido que su equipo ha mantenido reuniones con el Ministerio y él mismo dos reuniones con el ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, para adecuar esta nueva percepción con la ya consolidada Renta Mínima de Inserción (RMI) madrileña.
En esta línea, se han tenido que revisar los 25.000 expedientes de RMI activos, diferenciándose los beneficiaros con menores a cargo (13.000) y los que no. Así, se han cruzado estos datos con las bases de datos de la Seguridad Social para determinar a quién se le concederá de oficio esta nueva ayuda y evitar duplicidad.
Reyero ha asegurado que este proceso ha sido "un tanto precipitado", por lo que cree que hubieran sido mejor "fórmulas de transición" para que hubiera "perjuicio" alguno y que el proceso se haría "de forma amigable". "No ha habido tiempo ni forma de establecer procedimientos de coordinación claro para evitar disfunciones. Habría sido muy sencillo arbitrar un sistema para que las comunidades pagar las RMI a los benefactores hasta que cobrasen el IMV y luego se liquidasen a las comunidades las cantidades pagadas en exceso. También habría sido necesario ofrecer un marco homogéneo y de equidad para que los beneficiarios no se vieran obligados a devolver cantidades y los miles de procedimientos que eso genere", ha expuesto.
El consejero ha agregado que le hubiera gustado "haber podido hacer las cosas de otra manera". "Como tenían que aprobar el IMV antes de que acabara mayo, en su apresuramiento el Gobierno central no ha tenido en cuenta el sistema de servicios sociales municipales, que corre el riesgo de un nuevo colapso en un momento de especial necesidad como el actual", ha apostillado.
No obstante, el titular regional de Políticas Sociales celebra la llegada del IMV y sus críticas "no deben empañar sus virtudes, que las tiene", aunque también sus deficientes, que quiere trabajar en mejorar, sobre todo en lo referido a las políticas de inclusión "para que las rentas no se cronifiquen".
Por eso, el "espíritu" de Alberto Reyero es que la Renta Mínima de Insercción sea "subsidiario y compatible" con el Ingreso Mínimo Vital y llegue a las personas que no estén cubiertas por el Ingreso Mínimo estatal. "Estamos en un proceso de transición complejo, del que llevamos trabajando tiempo y con el objetivo de que nadie se quede desnudo de un ingreso vital", ha finalizado.