La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, ha cambiado su estrategia de defensa y, a diferencia de sus dos comparecencias anteriores, este miércoles ha declarado ante el juez que la investiga por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo.
En esta ocasión, ha sido citada para declarar sobre el 'software' de la Universidad Complutense de Madrid.
Gómez se ha desvinculado de los contratos adjudicados al empresario Juan Carlos Barrabés, aunque reconoce que firmó cartas de recomendación, al tiempo que ha negado que el Instituto de Empresa (IE) le contratase por su condición de esposa de Pedro Sánchez.
Fuentes jurídicas han explicado a Europa Press que en su declaración --que ha durado poco más de media hora-- ha descartado también a preguntas de su defensa que se apropiase de las marcas al inscribir TSC Transformación Social Competitiva y, posteriormente, el software de la cátedra que había sido financiado por empresas, negando de igual forma que tuviese ánimo de lucro.
Su letrado, el exministro socialista Antonio Camacho, le ha preguntado sobre las licitaciones a Barrabés a pesar de que este miércoles no había sido citada a declarar por esta cuestión.
Las fuentes consultadas detallan que Gómez ha sostenido que nunca tuvo conocimiento de las mismas, y que solo supo de ellas cuando fue imputada.
Gómez ha argumentado que firmó unas cartas de recomendación que, según ha destacado, son habituales para procesos de contratación pública.
Fueron dos misivas, que no apoyaban a la empresa de Barrabés, sino supuestamente a la importancia del proyecto que se licitaba.
Tras esas cartas, la investigada ha sostenido que nunca se le informó del resultado final de la licitación, sino que se enteró de ello por los medios de comunicación.
Gómez ha puesto el foco en el hecho de que esas cartas también fueron firmadas por grandes tecnológicas como Microsoft, IBM u Orange.
Por último, Gómez ha asegurado que otras instituciones y administraciones públicas, como el Ayuntamiento de Madrid, también firmaron la misma carta modelo y terminaron adjudicando contratos a las empresas de Barrabés.
La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, ha llegado a los Juzgados de Plaza de Castilla en Madrid a las 9:40 horas en medio de un dispositivo de seguridad considerablemente menor que en anteriores ocasiones.
Fuentes jurídicas han informado que Begoña Gómez ha estado declarando entre las 10.10 y las 10.45 horas y ha respondido a las preguntas de su abogado, Antonio Camacho ante el titular del juzgado de Instrucción número 41, Juan Carlos Peinado, que la investiga por cuatro delitos, entre ellos corrupción en los negocios privados y tráfico de influencias. Ha comparecido por tercera vez ante el juez.
Ha entrado en los juzgados de Plaza Castilla por el garaje, algo que acordó la jueza decana de Madrid, María Jesús del Barco, basándose en un informe de la Presidencia del Gobierno, que advertía sobre un "ambiente hostil y de rechazo social evidente" a la esposa de Sánchez.
Ha subido a la planta sexta, donde se encuentra el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid y ha accedido por la puerta de la secretaria escoltada por cuatro personas y vestida de traje de chaqueta negra.
Los pasillos de dicha planta han contado con seguridad adicional a la habitual y solo se ha permitido la presencia de cuatro agencias de noticias.
En el marco de su citación, el despliegue de seguridad también se ha reforzado en los alrededores de los Juzgados de Plaza de Castilla con varios furgones del Cuerpo Nacional de Policía que se han apostado desde las 08.33 horas en la calle principal para custodiar la llegada de Gómez.
La comparecencia se inició con un ligero retraso, ya que estaba ocupada la sala de vistas.
Es la tercera vez que la esposa de Pedro Sánchez acude ante el juez. En los dos casos anteriores, tanto el 5 como el 19 de julio, el instructor la citó por la denuncia en la que Manos Limpias asegura que Gómez, "prevaliéndose de su estatus personal" como esposa del presidente del Gobierno, habría "recomendado o avalado" a "empresarios que se presentaban a licitaciones públicas".
En aquellas dos ocasiones, Gómez se acogió a su derecho a no declarar. El 5 de julio, alegó que no se le había notificado adecuadamente la querella y que no podía participar en el interrogatorio al desconocer las razones por las que se le investigaban.
El día 19, su abogado le recomendó no declarar al haber apreciado falta de garantías en el procedimiento que entonces se dirigía en su contra solo por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
En octubre, el juez amplió la investigación en su contra para indagar en la querella que presentó Hazte Oír por presunta apropiación indebida del 'software' de la UCM y por supuesto intrusismo en la elaboración de pliegos de prescripciones técnicas para la contratación del servicio de asistencia y asesoría técnica para crear dicho 'software'.
El abogado de Begoña Gómez, en declaraciones ante los medios a la salida de los Juzgados de Plaza Castilla, ha declarado que su defendida "no tiene nada que esconder" y que si no ha declarado antes es "porque había una indefinición acerca de lo que se estaba investigando"
Ha explicado también que la esposa del presidente del gobierno ha contestado únicamente a las preguntas de su abogado. Por primera vez, la esposa de Pedro Sánchez ha decidido declarar y lo ha hecho al interrogatorio de su abogado, el exministro Antonio Camacho, que le ha formulado más de una treintena de preguntas a las que ha contestado con amplitud.
Aunque en un principio el instructor citó a Gómez a comparecer el 18 de noviembre, tuvo que aplazar el interrogatorio hasta este miércoles porque la esposa de Pedro Sánchez tenía fijado un viaje oficial a Brasil para asistir a la cumbre del G-20.