PP y el PNV han alertado este martes al Gobierno en el Congreso del riesgo de abrir "el melón constitucional" al reformar el artículo 49 de la Carta Magna para borrar el término "disminuidos", pero la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, les ha garantizado que no es su intención.
"Si esto es así no haríamos nunca nada. Abrir un proceso constituyente no es en lo que está el Gobierno, ni de lejos", ha subrayado Calvo en la Comisión Constitucional, donde ha presentado el anteproyecto aprobado este martes por el Consejo de Ministros para sustituir el término "disminuidos" por "personas con discapacidad" y garantizarles una protección reforzada.
Calvo ha insistido en que se trata de una reforma puntual, ha recalcado que son las personas con discapacidad la que reclaman a desaparición de ese término "francamente inaceptable", no el Gobierno. "Las palabras fraguan realidades", ha manifestado Calvo, quien ha confiado en lograr la unanimidad de la que se partía en 2018, cuando se planteó por primera vez la reforma -decayó al disolverse las Cortes por la convocatoria electoral-.
Sin embargo, el portavoz del PNV, Mikel Legarda, le ha recordado que en aquella legislatura no se cerró un acuerdo y que ésta es además distinta. A su juicio, aunque se presente esta reforma con la mejor de las intenciones, la "inestabilidad política e institucional" hará inevitable un debate más amplio: "vamos a sacar una cereza del cesto y van a salir otras", desde la monarquía a la convocatoria de referendos y el estado autonómico.
"Yo la única inestabilidad que veo es la que nos ha traído la pandemia; lo que ocurre en este país es lo normal con la estructura territorial que tiene" le ha respondido Calvo.
Pero la advertencia del portavoz vasco han sido repetida por la del PP Edurne Uriarte, quien dejado claro que los populares avalan el fondo de la reforma constitucional planteada y ha cuestionado que el Gobierno la plantee sin una llamada previa al líder de la oposición. "Nos llama la atención que sea el portavoz del PNV quien le llame la atención sobre la obvio, abren un melón con esta reforma", ha señalado Uriarte "¿Qué más cerezas van a sacar? ¿Qué otras cerezas les van a sacar sus socios?", le ha preguntado a Calvo en línea con la preocupación que también ha mostrado el portavoz de UPN.
Desde Unidas Podemos Gerardo Pisarello ha confirmado que, para la formación morada, "la reforma se queda corta", ya que el país necesita "cambios constitucionales profundos" para blindar en la Carta Magna todos los derechos sociales y ambientales. Pero ha reconocido la dificultad de esa reforma y he pedido que no sea una excusa para el inmovilismo, ya que se puede avanzar con leyes que hagan una interpretación garantista de la Carta Magna con proyectos como la ley trans o el límite del precio de los alquileres.
Como la mayoría de los portavoces, Carolina Telechea, de ERC, ha compartido la bondad de la reforma constitucional planteada, pero ha mostrado su sorpresa por la "facilidad con la que se puede cambiar la denominada carta magna a conveniencia" Telechea ha cuestionado así la capacidad "mágica" para modelar el texto en determinados puntos, como se hizo también en 2011 para recoger la estabilidad presupuestaria, sin plantearse otros, como la inviolabilidad del jefe del Estado o la posibilidad de convocar referendos para ejercer el derecho de autodeterminación.
"Reformar la Constitución no es pecado, es una vía que tenemos encima de la mesa", ha coincidido Josep Pagès, de JxCat.