El actual año hidrológico acabará siendo el tercero más seco en España desde que la serie histórica comenzara en 1961. Tiene en cuenta las lluvias caídas entre el 1 de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente.
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indican que entre estas fechas se acumularon 473 litros por metro cuadrado, lo que supone un 26% menos respecto a la media del periodo de referencia entre 1981 y 2010, que es de 635 litros por metro cuadrado.
La serie histórica de la Aemet señala que el año hidrológico completo más seco hasta el momento es el de 2004-2005, con 415,1 litros por metro cuadrado, seguido del de 2011-2012 (473,6) y el de 1994-95 (496,5). Así pues, el de 2021-2022 presumiblemente se colará en la tercera plaza.
"Ser podio en un ranking de año seco en una serie de 61 años muestra que el periodo comprendido entre el octubre de 2021 y septiembre de 2022 ha sido extraordinario en cuanto a escasez de precipitaciones", sentenció Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.
Las cantidades acumuladas de precipitación se encuentran por debajo de sus valores normales en gran parte de la península, especialmente en la mitad oeste y en el cuadrante nororiental, así como en Baleares. Por el contrario, ha llovido y nevado más de lo normal en una franja levantina que va desde el sur de Almería hasta el valle del Ebro, en puntos de la cornisa cantábrica, en las Pitiusas, en el noreste de la isla de Mallorca y en amplias zonas de Canarias, salvo el oeste de Gran Canaria y de La Palma, en la mitad norte de Fuerteventura y Lanzarote, y en La Gomera.
Sequía hidrológica
Esta situación de sequía meteorológica tiene vinculación con la hidrológica, puesto que España tiene los embalses más secos en España desde 1995, algo que viene repitiéndose semana tras semana desde que finalizó la pasada Semana Santa.
Los embalses españoles almacenaron este martes 18.270 hectómetros cúbicos (hm3) de agua y se situaron en un 32,5% de su capacidad total después de que la reserva haya disminuido en 540 hm3 de agua durante los últimos siete días, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Los datos del departamento dirigido por Teresa Ribera indican que la reserva hídrica actual es la más baja en la semana número 39 del año desde 1995, cuando era entonces de un 26,4%. La cantidad más alta desde 1990 se produjo en 2013, con el 67,7%.
Los niveles más altos de agua en la actualidad corresponden a las cuencas internas del País Vasco (71,4%); el Cantábrico Oriental (67,1%); Tinto, Odiel y Piedras (65,5%); el Cantábrico Occidental (56,2%); Galicia Costa (53,1%), y el Júcar (52,5%).
Por debajo del 50% están el Miño-Sil (45,1%), la cuenca mediterránea andaluza (39,0%), el Ebro (37,2%), las cuencas internas de Cataluña (36,9%), el Tajo (35,9%), el Segura (33,9%), el Duero (30,0%), el Guadiana (23,7%) el Guadalete-Barbate (23,3%) y el Guadalquivir (20,3%).
"Grave problema con el agua"
Ante estos datos, el responsable de la campaña de agua de Greenpeace, Julio Barea, apuntó que "es hora de entender que España tiene un grave problema con el agua debido a su mala gestión". "De seguir con las mismas políticas de despilfarro, agresión y contaminación del agua, el país puede encontrarse en los próximos años con serios apuros para abordar el abastecimiento y el reparto de este recurso imprescindible”, añadió.
Según Greenpeace, el 75% del territorio español está en grave riesgo de desertificación. Desde mediados del siglo XX, el clima árido, en detrimento del templado, ha avanzado en todo el país a un ritmo de unos 1.500 kilómetros cuadrados al año (el equivalente a la isla de Gran Canaria o a más de 204.000 campos de fútbol), según la Aemet.
Como muestra, el periodo entre mayo y agosto ha sido el más cálido y seco de toda la serie histórica, y septiembre continuó batiendo récords de calor. Según el Instituto de Salud Carlos III, un total de 3.833 personas han perdido la vida este año en España por causas atribuibles a las altas temperaturas registradas en los meses de julio y agosto.