La eliminación del delito de sedición es la última de las concesiones de Pedro Sánchez al independentismo catalán, socio del Gobierno para sacar adelante sus leyes y los presupuestos. Lejos quedan las palabras de Sánchez calificando de rebelión los actos del 1 de octubre. Los independentistas ya piden un nuevo peaje: amnistía y nuevo referéndum.
Así lo señala ayer el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. Aseguró este viernes que la desaparición del delito de sedición anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, supone “un paso adelante en la resolución del conflicto político” y “una clara muestra de que perseverar en tus objetivos da sus frutos”. Por eso, afirmó que seguirá usando “toda la fuerza democrática” para conseguir “el doble objetivo”: acabar con la “represión” y que Cataluña “vuelva a votar”, esta vez “sin violencia policial”.
Unas palabras que llegan tres años después de las dedicadas por el propio Pedro Sánchez durante la campaña de noviembre de 2019 al anunciar medidas contra el independentismo. Una de sus promesas fue la tipificación del delito de referéndum ilegal para evitar una repetición del 1-O. Desde entonces, nada se ha vuelto a decir al respecto y lo que se ha producido es la supresión del delito de sedición por el que fueron condenados los líderes del "procés" con lo que verán reducidas sus penas hasta un tercio.
"Vamos a incorporar un delito para prohibir la celebración de referéndums ilegales en Cataluña como ha ocurrido cuando gobernaba el Partido Popular", llegó a decir el líder socialista durante el debate electoral de los comicios del 10 de noviembre de 2019.
Pero pronto llegaron las elecciones y Sánchez necesitó el apoyo de los independentistas para poder formar Gobierno. Desde entonces no han parado sus concesiones para mantener la presidencia. Empezó concediendo a Torra honores de jefe de Estado en su visita a la Moncloa y siguió concediendo el indulto a los condenados del "procés", contradiciendo de nuevos sus propias palabras.
En aquella campaña, aseguró que se iba a acatar el fallo del Tribunal Supremo sobre la sedición y malversación de los políticos independentistas, lo que suponía el "íntegro cumplimiento" de la sentencia. "Nadie está por encima de la ley y todos estamos obligados a su cumplimiento", dijo entonces.
A estas concesiones a los independentistas a cambio de apoyo, se unen otras, como el blindaje del catalán o la aprobación de importantes partidas para Cataluña.
Mientras los independentistas piensan ya en su próximos objetivos: amnistía y referéndum.