El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska insiste en que el acercamiento a cárceles del País Vasco "no es un beneficio penitenciario", por lo que no cabe imponer exigencias "sine qua non" de petición de perdón.
Así se pronunciaba en una entrevista con Efe con respecto al futuro de los presos de ETA.
"La dispersión ha sido una política penitenciaria para luchar contra el terrorismo de ETA, esa era la razón fundamental de la dispersión", recalca el ministro, antes de recordar que ETA en estos momentos está "vencida y disuelta".
Pide además "memoria histórica" y critica que haya gente que olvide que, cuando la banda terrorista estaba muy activa, en 1996 o 1998, mientras ETA mantenía el secuestro "más largo y tortuoso" del país, el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, hubo acercamiento de presos a cárceles próximas al País Vasco.
"ETA ya nos ha hecho demasiado daño a la sociedad como para que todavía sigamos dándole ese placer de que, una vez disuelta, todavía nos trate de dividir", señala enfadado.
Insiste en que serán las Juntas de Tratamiento quienes analizarán de forma individualizada cada caso con indicadores objetivos y razonables como edad, salud, tiempo en prisión o si han pedido perdón, aunque no son "requisitos imprescindibles", porque, insiste, el acercamiento no es un beneficio penitenciario.
Por el momento, garantiza, no ha habido ningún traslado y las asociaciones de víctimas serán las primeras en ser informadas.