Los socialistas vascos y el PP sumarán sus votos en favor del candidato más votado de ambos partidos en las instituciones en las que tengan la posibilidad de gobernar. A ese pacto no se ha sumado el PNV, que permitirá así que Bildu -el partido heredero de Batasuna- gobierne en San Sebastián y la diputación de Guipúzcoa.
Es su respuesta al rechazo del PNV de un gran acuerdo entre las tres formaciones para impedir que Bildu gobierne donde no cuenta con mayoría absoluta.
Para los socialistas, está muy claro lo que oculta la decisión del PNV. "Detras de todo esto hay una apuesta política de pacto clandestino con Bildu para repartirse las instituciones vascas", señalaba Jose Antonio Pastor, portavoz del PSE.
En el PP tienen claras las consecuencias de la decisión de los nacionalistas. Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco afirmaba que "su política que pasará a la historia como la que apoyó al presidente del desempleo y como la que facilitó que gobernasen unos tíos de Bildu que, a día de hoy, han sido incapaces de condenar ni un solo atentado".
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha criticado que el "eje PSE-PP" acuse a su formación de tener "un acuerdo secreto" con Bildu y que esta coalición afirme que el pacto es con los primeros, "cuando en realidad los tres saben que ese 'pacto' no existe".
Sin embargo, los socialistas navarros, que han mantenido esta mañana una reunión con la coalición heredera de Batauna, no han decidido si van a aceptar sus votos para facilitar la posible investidura de su candidato, aunque si han descartado un Gobierno con Bildu.