La previsible pérdida del poder en Extremadura dejaría al PSOE en una situación de máxima debilidad política en el mapa autonómico de nuestro país. El PSOE ha perdido cinco Comunidades Autónomas. Los socialistas sólo gobiernan en el País Vasco, con el apoyo del PP, y en Andalucía, donde los últimos sondeos vaticinan un cambio de gobierno a favor de los populares.
Si como parece, los tres diputados de IU se abstienen y dan el Gobierno de Extremadura al PP, los socialistas habrán perdido, en cuatro años, la mitad de sus votantes en autonómicas y cinco comunidades autónomas.
Tras las urnas del 22 de mayo cambiarán de color Castilla-la Mancha, Baleares, y Cantabria, donde los populares han logrado mayoría absoluta, y Aragón, donde gobernará Luisa Fernanda Rudi tras llegar a un acuerdo con el PAR.
No está claro qué ocurrirá en Asturias, donde ganó el FAC de Alvarez Cascos, pero PSOE y PP ya han pactado el reparto en el Parlamento asturiano.
En otras dos comunidades, los socialistas entran en el Gobierno: Navarra, bajo la presidencia de Yolanda Barcina de UPN y Canarias con el nacionalista Paulino Rivero como jefe del ejecutivo.
A día de hoy, los socialistas sólo mantienen dos comunidades donde no hubo elecciones en mayo. Andalucía, la única comunidad que siempres ha estado el manos del PSOE, su auténtico vivero de votos pero que según todas las encuestas ganará el PP lo próximos comicios.
Y el País Vasco, donde ganó el PNV pero Patxi López gobierna en minoría con el acuerdo del PP.