El presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, ha rechazado la oferta realizada desde el Gobierno de debatir la independencia de Cataluña en las Cortes Generales y ha insistido que "lo único que queremos saber es qué quieren los catalanes para su futuro, y en democracia la única manera de saberlo no son las encuestas sino un referéndum". Así lo ha señalado en la conferencia celebrada esta tarde en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid.
Tras rechazar la oferta, Puigdemont ha advertido que" Aunque lo intente, el Estado español no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia", desatando los aplausos del auditorio. "No somos ningún desafío, ningún soufflé, ni fruto de ningún trastorno emocional", apuntó, reclamando un referéndum acordado, reconocido internacionalmente y vinculante.
"el Estado español no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia" e insitió: "No nos cansaremos de recordar que el verdadero propósito de la mayoría de los catalanes es poder votar. Unos para decidir la independencia, otros para decidir continuar como una comunidad autónoma española".
NO SE TRATA DE LIQUIDAR ESPAÑA
El presidente catalán ha insistido que "no se trata de liquidar España ni de negarla, sino de la autodeterminación de Cataluña", por lo que si no hay acuerdo "celebraremos el referéndum y será a partir de entonces cuando propondremos un nuevo diálogo". Y añadió "entonces no será para celebrar la consulta sino para implementar el nuevo Estado catalán, que mantendrá sus lazos con España que nada ni nadie podrá seccionar".
Asimismo, Puigdemont señaló que "seguramente no será el último rechazo, pero advierto: no van a caber muchos más", recordando que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha admitido que éste es un problema grave de España. "Los gobernantes tenemos la obligación de no mirar hacia otro lado cuando reconocemos un problema", subrayó, dudando de que la de Rajoy sea "una actitud responsable".
SI HAY VOLUNTAD POLITICA SE ENCUENTRAN LOS CAUCES
"Si hay voluntad política, el método debe estar al servicio del objetivo", remarcó, recordando el ejemplo de la rehabilitación de la Generalitat en la persona de Josep Tarradellas antes de la Constitución. "Si hay voluntad política, se encuentran los cauces para acordar", sintetizó, de forma que, si el Gobierno español la tiene, seguro que encontrará una mayoría parlamentaria para validarlo. "Para eso, cuenten con nosotros, pero no cuenten para ningún simulacro, ninguna dilación", conminó al Ejecutivo central.
Desde su enfoque, habría que dialogar sin líneas rojas y ofrecer el resultado a la votación del pueblo catalán, huir de visiones sacralizantes de los estados y su impunidad.. "Nada es inmutable", estableció, prometiendo que la Generalitat no se rendirá en su búsqueda del diálogo, rechazando "estériles esfuerzos dirigidos a impedir que se pueda votar" y pidiendo en su lugar argumentos en favor del no a la independencia.
Puigdemont dijo que en Cataluña no hay fractura social, ni huida de empresas, ni persecución a nadie por su lengua o sus ideas, cosas que achacó a la "perversa ingeniería narrativa" que promueven los contrarios a la autodeterminación. A la vez, tachó de irresponsabilidad "fiarlo todo al trabajo de fiscales y jueces", que "no es la solución, sino que incrementa el problema".
"Aunque lo intente, el Estado español no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia", advirtió, desatando los aplausos del auditorio. "No somos ningún desafío, ningún soufflé, ni fruto de ningún trastorno emocional", apuntó, reclamando un referéndum acordado, reconocido internacionalmente y vinculante.
Puigdemont relató que, tras el fracaso del Estatuto de Cataluña por la sentencia del TC, los nacionalistas tuvieron conciencia de que nunca habían pintado nada, y que gracias a ello hoy hablan desde la esperanza y no desde la frustración ni el victimismo. Sin embargo, quiere negociarlo con el Gobierno español porque un referéndum acordado sería la opción más plausible para todos".
En este sentido, garantizó que su oferta de diálogo es permanente y no que ellos se levantarán de la mesa hasta que haya un acuerdo sobre la pregunta, la fecha y las condiciones. Eso sí, advirtió, no renunciarán al referéndum, y, recordando que tal fue el programa electoral de Junts pel Sí, subrayó que ningún fiscal les prohibió proponer entonces lo que hoy ellos se proponen cumplir.
PROTESTA ANTE EL AYUNTAMIENTO DE MADRID
Medio centenar de personas con banderas de España, algunas de ellas preconstitucionales, se han concentrado a las puertas del Ayuntamiento de Madrid para protestar contra el acto del presidente catalán.
La Policía Nacional ha debido formar un círculo humano para evitar que los manifestantes se abalanzaran sobre una delegación de dirigentes y diputados catalanes que han acudido al Ayuntamiento, entre ellos el representante de Junts pel Sí Lluís Llach.
Este momento de tensión ha ocurrido pasadas las 17.30 horas, cuando al avistar a la comitiva los manifestantes han proferido insultos y han lanzado al aire papeletas con el símbolo de la Falange.
A pesar de los gritos, la importante presencia policial ha evitado contacto físico entre quienes estaban protestando y la representación de la política catalana.
Puigdemont, y con él el vicepresidente y conseller de Economía, Oriol Junqueras, y el de Relaciones Exteriores, Raül Romeva, protagonizan hoy en el consistorio madrileño el acto "Un referéndum para Cataluña. Invitación a un acuerdo democrático".
Diputados nacionales y catalanes de PDeCAT, así como de ERC, asisten a este conjunto de conferencias, en las que estará también presente el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, así como el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Doménech.
También concurre una destacada delegación de diplomáticos, entre otras de las embajadas de Bélgica, Noruega, Japón, Francia o Argentina.
La sala que ha ofrecido la alcaldesa madrileña, Manuela Carmena, ha recibido con aplausos a los conferenciantes.