El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado hoy la puerta abierta a un posible cambio de la Constitución siempre que se haga con un amplio consenso, una cuestión que según ha explicado ha comentado en alguna ocasión con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La reforma de la Carta Magna ha centrado los actos conmemorativos del 35 aniversario de la Constitución, que se han celebrado hoy en el Congreso, empezando por el propio presidente de la Cámara, Jesús Posada, quien en el discurso institucional ha pedido cautela, un consenso similar al de la Transición y un gran sentido de la responsabilidad ante cualquier modificación.
Aunque ha defendido la plena vigencia de la "esencia" del texto de 1978, Posada no ha eludido una hipotética reforma, que requeriría, a su juicio, una labor pedagógica para exponer con claridad los objetivos que se persiguen y analizar las consecuencias que tendrían estos cambios.
Para el presidente del Congreso, la Constitución, "lejos de encontrarse agotada" encierra todavía "muchas posibilidades para su desarrollo, y se mantienen "inalterables" fundamentos, como la "soberanía del pueblo español y la indisoluble unidad de España".
"Cualquier reforma del marco constitucional debe hacerse, pues, desde el diálogo, contando siempre al final con un respaldo si no el mismo, muy semejante al consenso que acompañó la aprobación de la Constitución", ha recalcado.
El mismo consenso al que ha apelado Mariano Rajoy tras admitir en una conversación informal con periodistas que no está "cerrado en banda" a una eventual reforma, pero ha insistido en que tiene que saberse claramente para qué se quiere hacer y con quiénes se cuenta.
Rajoy ha explicado que en las conversaciones que ha tenido con Rubalcaba sobre una hipotética reforma, el líder del PSOE no le ha concretado en ningún momento en qué consiste la propuesta socialista.
Ha dejado claro que los cambios tienen que servir, en cualquier caso, para unir a más españoles en torno a la Constitución y no para generar división.
A su llegada al Congreso, Rajoy ya había dicho a los medios que la Constitución se puede reformar, "como cualquier obra humana", y que, de hecho, la actual ya se ha reformado en dos ocasiones. "Creo que está en pleno vigor y creo que se puede reformar, pero para reformarla se necesita un consenso muy amplio, similar al que tuvo en 1978", ha subrayado.
El presidente del Gobierno ha recalcado que el balance de los 35 años de la Constitución es bastante positivo, ya que, además de garantizar la libertad y los derechos de las personas, establece un modelo de Estado que distribuye el poder político y administrativo entre territorios.
Un análisis compartido por Rubalcaba, en cuya opinión, los españoles pueden sentirse "orgullosos" de los resultados obtenidos en estos treinta y cinco años.
No obstante, Rubalcaba está convencido de que es necesario adecuar la Constitución a los cambios de la sociedad y ha asegurado que ha hablado con Rajoy de esta cuestión.
Y, según él, lo ha hecho "a fondo" y con un diálogo "franco y profundo" y con el problema catalán como telón de fondo.
También ha indicado que no se puede descartar la reforma constitucional alegando que no hay consenso cuando no ha habido oportunidad de sentarse a hablar para ver si lo hay o no.
Rubalcaba ha dicho a los periodistas que ve a CiU sumándose a este hipotético debate y ha advertido de que cualquier posible reforma que no incluyera a los nacionalistas catalanes y vascos se estaría haciendo a medias.
La propuesta de reforma constitucional del PSOE, ha aclarado, no afecta sólo el modelo territorial, sino que va más allá y plantea modificar otros aspectos del texto y blindar derechos como la sanidad pública.
Sea como sea, Rubalcaba está muy satisfecho de que actualmente la reforma de la Carta Magna sea objeto de debate en todos los foros, cuando hace un año tenía muy pocos adeptos, y eso le hace tener esperanzas de que pueda negociarse y consensuarse el próximo año.
También el ex presidente de la Generalitat José Montilla ha constatado la vigencia de la Constitución y su papel "enormemente positivo" en estos 35 años, pero también ha detectado "cierto envejecimiento" en ella que hace necesario su reforma para que siga permitiendo la convivencia "entre pueblos de España".
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha considerado que es un "buen momento" para "pensar y reflexionar" sobre la manera en que la Constitución puede seguir siendo la garantía de una España "unida, fuerte y en progreso", como lo ha sido en los últimos 35 años.