Más de un centenar de personas han asistido al entierro de Francisco Javier Romero Taboada, el hincha del Deportivo de la Coruña fallecido a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico tras los altercados entre miembros de Riazor Blues y el Frente Atlético.
Al sepelio, en el que no se han registrado incidentes, han asistido familiares, amigos y miembros de Riazor Blues, además de un grupo de aficionados foráneos que se desplazaron en autobús. Algunos de ellos exhibían bufandas con colores como las del equipo del Rayo Vallecano.
Mientras, la ciudad herculina ha amanecido con pancartas en recuerdo del fallecido, con los lemas 'Jimmy vive' y 'Jimmy abuelo S.E.P', colocadas en los accesos a la ciudad, coincidiendo con el entierro.
También en las proximidades del Estadio de Riazor había banderas del Deportivo, velas, crespones negros y pancartas en las que se podía leer 'Jimmy siempre con nosotros'.
PRESENCIA DE LENDOIRO
Mientras, a la llegada de su cuerpo al cementerio de Feáns, eran numerosas las personas que esperaban ya la comitiva funeraria, integrada por cuatro vehículos a los que seguían otros particulares.
Algunos de los asistentes portaban bufandas y camisetas del Deportivo de la Coruña y, entre ellos, se encontraba el expresidente del club, Augusto César Lendoiro, que ha sido cesado como embajador de la LFP por acudir al sepelio.
En las inmediaciones, estaban también dos vehículos de la Policía Nacional y otro de la Local, a la que se sumaron, posteriormente, otros tres coches de la Nacional.
CANTICOS Y EXHIBICION DE UNA PANCARTA
En ningún momento, con excepción de una mujer que increpó a los medios de comunicación que se encontraban en las inmediaciones, se produjeron incidentes.
Al término del sepelio, un grupo de asistentes desplegó una pancarta blanquiazul con el lema 'Jimmy vive' y en la que se podía ver también una foto del fallecido.
Además de corear cánticos y secundar aplausos, arrojaron también algunos botes con humo. Hubo también abrazos entre los asistentes, entre los que algunos acudieron al cementerio con la cara cubierta o tapada con una capucha.