El exchófer de Guerrero dice que gastaba 25.000 euros al mes de las ayudas en comprar cocaína

  • Griñán admite que, "sin duda", el caso ERE puede pasa factura al PSOE
  • La juez del caso de los ERE le imputa once delitos

El presidente andaluz, Jose Antonio Griñan, ha reconocido que el caso de los ERES puede pasar factura al PSOE en las elecciones de este domingo. Ha afirmado que "son unos hechos presuntamente delictivos que deterioran mucho la confianza". Cuestionado además sobre el hecho de que algunos de los encuestados en los sondeos que han surgido en los últimos días de cara a las elecciones del 25 de marzo le consideren "responsable" de lo ocurrido en el caso ERE, Griñán ha señalado que "responsable político ya es mucho decir", habida cuenta de que en el mismo momento en que se conocen los hechos, la Junta los pone en conocimiento de la justicia.

Mientras, la juez Alaya toma declaración hoy a Juan Francisco Trujillo, chófer del ex director general de Empleo Francisco Javier Guerrero, que declaró que con parte de las ayudas compró cocaína para su jefe. Según han informado fuentes del caso, la juez instructora ha imputado al exchófer un total de once delitos, entre ellos uno de cohecho, otro de malversación y "varios" de falsedad en documento oficial, tras lo cual ha comenzado el interrogatorio del imputado, quien ha ratificado su declaración policial.

La juez de Instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, que investiga las irregularidades cometidas en numerosos expedientes de regulación de empleo (ERE) tramitados por la Junta de Andalucía, ha imputado once delitos de siete tipologías distintas a Juan Francisco Trujillo, exchófer del exdirector general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero, según han informado fuentes del caso.

De este modo, y según las fuentes consultadas, la magistrada ha imputado al exchófer sendos delitos continuados de cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y malversación, así como tres delitos de falsedad en documento oficial, otros tres de obtención indebida de subvenciones, y un último delito de falsedad en documento mercantil.

En su declaración, Trujillo ha asegurado que Guerrero "presumía del poder que tenía" para conceder ayudas, añadiendo que el exalto cargo, en prisión desde hace diez días, "quedaba en los bares de copas para despachar" los asuntos con personas que, "pasados varios días, veía llegar al despacho". Ha señalado que ambos consumían cocaína "a cualquier hora" y llegaron a gastar 25.000 euros mensuales en dicha droga.

Un abogado personado en su declaración ante la juez Mercedes Alaya ha informado a la prensa de que Trujillo ha declarado haber entregado en metálico entre 60.000 y 90.000 euros de las ayudas de la Junta a su jefe.

También le compró con el dinero oficial recibido un piano, dos relojes, dos mil euros en ropa, mil euros en teléfonos móviles y otros objetos que el chófer llevó al domicilio de Guerrero en El Pedroso (Sevilla).

La cocaína la consumían "a cualquier hora", entre 5 y 10 gramos diarios, según el chófer, quien ha explicado que Guerrero le dijo que le ayudaba a mantenerse despierto y fue quien le presentó a una persona que le diría dónde comprar la droga.

Tras destacar la "amistad" de Guerrero con Juan Lanzas, a quienes era "muy frecuente" ver juntos, el exchófer ha señalado que Guerrero "se enfadaba a veces porque le paralizaban los pagos", así como que lo llevó en dos ocasiones "a despachar" con el exconsejero de la Presidencia Gaspar Zarrías, y una de estas veces Guerrero salió del encuentro "muy enfadado".

Trujillo ha relatado que él mismo "se daba cuenta de que las ayudas eran concedidas a personas cercanas a Guerrero o al PSOE" y, respecto a las ayudas que recibió para varias de sus empresas, ha dicho que fue el propio exdirector general de Trabajo y Seguridad Social quien se las ofreció en un bar de copas.

Así, y según su declaración, Guerrero "le dijo: 'Crea una sociedad'", y él entendió que "le invitaba a crear empresas ficticias".

La juez le ha instado a describir la jornada laboral de Guerrero y Trujillo ha respondido que "al mediodía se iba al restaurante; luego a un bar de copas, y allí despachaba los asuntos por la tarde".