Ninguno de los 273 presos de ETA que hasta anoche se habían declarado en huelga de hambre para reclamar la excarcelación de Jesús María Uribetxebarria Bolinaga -uno de los secuestradores de José Antonio Ortega Lara-, gravemente enfermo, ha requerido asistencia de los servicios sanitarios.
Así lo han informado fuentes de Instituciones Penitenciarias, que han precisado que hay "mucha rotación" en las cifras porque muchos de los internos miembros de la banda varían su decisión "de un día para otro" de ponerse en huelga de hambre o abandonarla.
Los 273 son el número de reclusos que hasta ayer a la hora de cenar se habían declarado en huelga de hambre, aunque tras la cena otros 35 presos entregaron instancias para comenzar la protesta hoy, han señalado las fuentes.
A última hora del martes 14 de agosto, otros 14 presos anunciaron su intención de darse de baja de la huelga, algo que ya habían hecho otros 29 reclusos el día anterior.
Por ello, las fuentes consultadas han advertido de que la cifra total de presos etarras en huelga de hambre fluctúa constantemente y han subrayado que algunos reclusos, pese a haber declarado su adhesión a la protesta, esconden alimentos del economato en sus celdas.
Cuando los funcionarios de prisiones "les pillan" comiendo, han detallado las fuentes, ellos mismos cambian su instancia e informan de que dejarán de alimentarse con la comida que les facilita la propia prisión en el comedor.
En otros casos, los internos utilizan la excusa de que han rellenado en euskera su formulario, en el que sólo consta que hacen huelga del patio, con lo que esos reclusos se limitan a quedarse un día en sus celdas.
Según el último parte médico del Servicio Vasco de Salud Osakidetza, Uribetxebarria Bolinaga, que hoy cumple su octavo día en huelga de hambre, permanece "estable" en el Hospital Donostia de San Sebastián.
El pasado lunes el preso se sometió a una prueba diagnóstica cuyo resultado, que podría conocerse mañana, será remitido al juez central de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional José Luis Castro, que el pasado día 2 pidió al forense un informe sobre el estado de salud del etarra antes de decidir si lo pone o no en libertad, tal y como reclamó su defensa