La Audiencia de Girona juzga al asesino múltiple de Olot

  • El fiscal pide una pena de 80 años de prisión por los cuatro crímenes

Pere Puig, el acusado de asesinar con un arma de fuego a cuatro personas en Olot (Girona) el 15 de diciembre de 2010, se ha negado a declarar en el juicio con jurado popular que ha comenzado hoy en la Audiencia de Girona.

Debido a la decisión del acusado de acogerse al derecho de no declarar, el juez ha hecho que se leyera a los miembros del jurado la declaración que el inculpado hizo durante la instrucción y se ha proyectado asimismo el vídeo que recoge la reconstrucción de los hechos.

La acusación particular de las familias de las cuatro personas que fueron asesinadas confía en que no se presente ninguna circunstancia atenuante, como la alteración psíquica del acusado, que pueda significar una reducción de la pena.

Así lo ha asegurado el abogado de las familias, Carles Monguilod, quien, a la salida de un receso en el juicio, ha insistido en que hay pruebas "suficientes" que indican la inexistencia de una alteración psíquica en el acusado.

Puig está acusado del asesinato de su jefe, del hijo de éste, y de dos empleados de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), entidad bancaria con la que tenía contratados algunos servicios

El fiscal del caso, Víctor Pillado, no tiene en cuenta que Puig actuara a plena luz del día, que se entregara a la Policía Municipal de Olot ni que diera todo lujo de detalles al juez y a las partes; para el ministerio público, no existe ninguna circunstancia atenuante por confesión ni colaboración de la justicia y pide para el procesado 20 años de prisión por cada uno de los cuatro asesinatos --aunque solamente podrá cumplir el triple de la pena más elevada, es decir, 60 años como mucho--.

Según consta en su escrito, tampoco contempla ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad penal después que los análisis de los forenses determinasen que Puig no tiene afectadas las facultades mentales y cognitivas.

Las acusaciones particulares de la familia de Joan y ngel Tubert, los jefes de Puig, y de Anna Pujol, la empleada de la CAM, se suman a las penas requeridas por el fiscal de 20 años por cada crimen; mientras que el abogado que representaba a la familia de Joan Turró, el otro trabajador de la entidad bancaria, presentó en su momento un escrito renunciando al ejercicio de la acusación y adhiriéndose a todo lo solicitado por el fiscal.

Por su parte, la abogada de la defensa de Puig, Núria Masó, en total disconformidad con el Ministerio Público y las acusaciones particulares, reclama la libre absolución del acusado al considerar que no existe delito.

Por lo que a la responsabilidad civil se refiere, el fiscal propone que Puig indemnice a los familiares de las cuatro víctimas con un total de 514.000 euros por los daños morales ocasionados.

Además, añade una indemnización de más de seis mil euros para uno de los clientes del bar que sufrió secuelas de perdida de oído por culpa de los disparos; otra de 2.213 euros para los amos de 'La Cuina de l'Anna' por daños materiales, y otra más de 6.622 euros por las destrozas materiales ocasionadas en la CAM.

CAZADOR EXPERTO

En su escrito, el fiscal reproduce la cronología de los hechos y apunta que Puig salió de su domicilio el 15 de diciembre de 2010 "con el propósito, ya decidido con anterioridad" de terminar con la vida de una serie de personas con las cuales mantenía ciertas relaciones laborales o de servicios bancarios.

Para ello, continúa el ministerio público, llevaba consigo un rifle semiautomático y un elevado número de cartuchos; también recuerda que el acusado es "un cazador experto y de buena puntería" y que dicha arma era de una "gran potencialidad lesiva" y de uso adecuado para la caza mayor.

El procesado salió de casa con ropa de caza porque pensó que iba a cazar; en Olot, precisamente se le conocía como 'Rambo', aunque Puig reconoció en su declaración ante el juez instructor que él prefería que le llamaran 'el sheriff del condado'.

Así, con el objetivo claro de acabar con la vida de estas cuatro personas --y dos más a las que no encontró--, Pere Puig entró en el bar de La Canya gritando "manos arriba" y disparó primero y apuntando al pecho a Joan Tubert -jefe del procesado-- y seguidamente, "sin solución de continuidad ni tiempo alguno a reaccionar", efectuó otro disparó, de nuevo contra el pecho, al hijo del constructor, ngel Tubert, que se encontraba desayunando junto a su padre.

Tras ello, cogió su coche y se dirigió a la oficina de la CAM de Olot; allí disparó dos veces contra el empleado Rafael Turró, dándole una vez en el pecho, y seguidamente a su compañera de trabajo, Anna Pujol, a quién disparó a la cabeza.

Fue al salir de la sucursal, cuando Puig fue detenido por la Policía Municipal de Olot; en su declaración el mismo día de los hechos, el procesado reconoció los crímenes y la intención de llevarlos a cabo y dio todo lujo de detalles, incluso justificó sus hechos diciendo que sus jefes no se portaban bien con él porque no le pagaban y que los empleados de la CAM le habían estafado.