Llega de Estados Unidos y es la última moda en salas de cine, porque, además de ver el último estreno de la cartelera en una butaca con todas las comodidades, puesdes disfrutar de una copa de champán o degustar una exquisita cena.
Son cines de lujo, con un 60% menos de aforo, que tratan de diferenciarse así de las salas convencionales, cada vez más deficitarias.
Se trata de una solución contra la crisis que no convence a los cinéfilos madrileños a los que hemos preguntado, pero que parece haber calado en Estados Unidos donde ya existen varias salas 'exclusivas'.
