La Audiencia de Pontevedra ha impuesto la pena de prisión permanente revisable a José Luis Abet, el hombre que asesinó a tiros a su exesposa, Sandra Boquete; a su excuñada, Alba; y a su exsuegra, María Elena, en Valga (Pontevedra) en 2019.
De acuerdo con el veredicto del tribunal del jurado que halló a Abet culpable de tres delitos de asesinato, la sección segunda de la Audiencia pontevedresa le ha condenado a 24 años de cárcel por matar a su exmujer y 23 años y medio por el asesinato de su exsuegra.
Por la muerte de su excuñada, al haber sido condenado por estos dos asesinatos, se le impone la prisión permanente revisable, tal y como establece el artículo 140.2 del Código Penal.
Los magistrados han tenido en cuenta, en los tres delitos, la agravante de haberlos cometido por discriminación por razón de género y la atenuante de colaboración.
Además, José Luis Abet ha sido condenado a nueve años de prisión por las lesiones psíquicas que estos crímenes produjeron sobre sus dos hijos, que presenciaron la matanza; y otros dos años de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas.
El tribunal, a mayores, también le ha impuesto la prohibición de residir en el término municipal de Valga durante 32 años y le priva definitivamente de la patria potestad sobre sus hijos.
"De manera intencionada"
En cuanto a las indemnizaciones, el autor de este triple asesinato tendrá que pagar 400.000 euros a cada uno de sus dos hijos, 300.000 euros al marido de María Elena y padre de las otras dos víctimas y 120.000 euros a la madre de María Elena, abuela de Sandra y Alba.
Otros 55.000 euros deberán recibir cada uno de los cinco hermanos de María Elena, tíos de Sandra y de Alba; y 80.000 euros la pareja sentimental de Alba.
El tribunal considera probado que José Luis Abet mató a las tres mujeres "de manera intencionada", después de acudir a la vivienda de su exmujer, el 16 de septiembre de 2019, "con la intención de acabar con su vida".
Lo hizo portando un revólver con el número de identificación borrado que había adquirido días antes junto con una caja de munición, a pesar de que no tenía licencia de armas.
Cuatro tiros delante de los hijos
Bloqueó con su coche la entrada de la finca para lograr que su exmujer, que salía de casa para llevar a sus dos hijos al colegio, se viese obligada a detenerse, momento que aprovechó para dispararle cuatro tiros, uno en la cabeza, dos en el cuello y un cuarto en el pecho.
Lo hizo en presencia de sus dos hijos, que estaban en los asientos traseros del coche de su madre, y de manera "sorpresiva", lo que provocó que su exesposa "no tuviera posibilidad alguna de defenderse".
Cuando José Luis Abet se marchaba con su coche, después de matar a Sandra, se cruzó con el vehículo en el que iban las otras dos víctimas, su exsuegra María Elena y su excuñada Alba, que habían recibido una llamada de auxilio por parte de Sandra.
Al verlas, éste dio la vuelta con el coche y las persiguió hasta la casa de Sandra, en donde disparó cuatro veces contra su exsuegra y otras tres contra su excuñada, matándolas en el acto y sin que pudieran defenderse.
Los tres crímenes los cometió, según considera probado el tribunal popular, porque Abet sentía un "profundo desprecio" por su expareja, "a la que consideraba inferior por su condición femenina" y a la que mató, han añadido, "como acto de imposición y dominación".
Además, subraya el tribunal, "quiso expresamente" que sus hijos presenciaran los crímenes "con el consiguiente sufrimiento que suponía para ellos", razón por la que las mató cuando se disponían a ir al colegio, siendo "plenamente consciente" de que estaban delante.