La Policía Nacional ha desarticulado en Castellón un grupo criminal itinerante especializado en cometer robos con fuerza en domicilios que actuó en Málaga, Valencia, Castellón, Valladolid y Madrid y que vendía los objetos sustraídos a contactos de Francia, Alemania y Polonia.
Los tres integrantes del grupo, ya en prisión, fueron detenidos in fraganti tras cometer un robo en una vivienda de Castellón, donde habían sustraído numerosas joyas, dinero, y una caja fuerte.
Utilizaban un "modus operandi" altamente especializado, a través de métodos como el "bumping" o el "impresioning" (técnicas para abrir cerraduras sin forzarlas), empleando vehículos alquilados y documentación falsificada en sus desplazamientos, y desplegaban rigurosas medidas de seguridad y contravigilancia para dificultar las labores policiales.
El grupo desarticulado contaba con amplias conexiones internacionales, y realizaba numerosos desplazamientos de sus miembros a países como Francia, Alemania y Polonia, donde poseían contactos e infraestructura para la venta de los objetos obtenidos ilícitamente.
Las primeras pesquisas se iniciaron a principios de año, en Málaga, a raíz de varios robos acaecidos, si bien los agentes enseguida detectaron una estrecha relación entre éstos y otros hechos delictivos cometidos en otras provincias españolas, concretamente en Valencia, Castellón, Valladolid y Madrid, ha informado la Policía.
Tras varias gestiones, los agentes constataron que se trataba de una célula criminal, compuesta por ciudadanos georgianos, que operaba de forma itinerante en España, desplegaba rigurosas medidas de seguridad y contravigilancia, y empleaba vehículos a nombre de terceras personas en sus desplazamientos.
Las investigaciones policiales llevadas a cabo sobre este tipo de grupos criminales han evidenciado la existencia en el país de células que, como ésta, actúan de forma itinerante por Europa, asentándose temporalmente en un país.
El "modus operandi" consistía en hospedarse en pisos francos de la organización, generalmente alquilados por testaferros y ubicados en diferentes ciudades españolas, desde donde se desplazaban a otros barrios o municipios cercanos para llevar a cabo la primera fase de tanteo de las fincas o edificios donde cometer los robos.
Colocaban marcadores de plástico o hilo invisible, con la finalidad de averiguar si la puerta había sido abierta o no y, en caso de que sus moradores no se encontraran allí, cometer diversos robos en la misma finca y el mismo día (generalmente por la noche o los fines de semana), y daban salida a los objetos robados a través de sus redes europeas.
Gracias a la colaboración policial internacional, los agentes acreditaron numerosos desplazamientos de los investigados a Francia, Alemania y Polonia, países en los que poseían contactos e infraestructura para la venta de los bienes obtenidos ilícitamente.
Como resultado de la operación en Castellón donde fueron localizados en pleno robo, los agentes han recuperado gran cantidad de joyas anillos, pulseras, relojes, dinero, una caja fuerte, y han intervenido numerosas herramientas empleadas para abrir cerraduras.
Además, los tres arrestados han ingresado en prisión provisional, si bien no se descartan nuevas detenciones de personas relacionadas con los hechos investigados.