Devota & Lomba y Agatha Ruiz de la Prada coinciden en trabajar el volumen, cada uno con su esencia y ADN. El primero con rasgos minimalistas y depurados; la segunda con teatralidad y apoteosis, según se ha visto en la segunda jornada de la pasarela madrileña, en la que también ha destacado Ulises Mérida.
El blanco es el epicentro de "Hipnotica", colección primavera-verano 2018 de Devota&Lomba, una serie de piezas realizadas en seda, lino y algodón, en ocasiones brocado que han permitido al diseñador trabajar volúmenes.
"La ausencia de color me ha permitido mostrar mi esencia", ha explicado hoy a EFE Modesto Lomba, alma de la firma Devota&Lomba, que vuelve a trabajar líneas arquitectónicas, pero en esta ocasión con fabulosos volúmenes, de grandes proporciones y sutil belleza.
Sobre la pasarela se ha visto un trabajo impecable, inmaculado, en el que sobresalen unos vestidos con un nido de abeja deconstruido tamaño XXL, así como un vestido palabra de honor con un maravilloso pliegue frontal y unas piezas con esencia japonesa en las que sobresale un fajín u obi con un sutil estampado floral, la única licencia de color que se ha permitido el diseñador.
También reinterpreta el kimono y el resultado es un voluminoso vestido largo con una extraordinaria lazada. Pantalones muy anchos que se combinan con tops y coquetos conjuntos ponen el broche a esta colección, en la que ha primado el vestido amplio y suelto y los hombros pronunciados.
Desde la primera fila, no han perdido detalle la actriz Lindsay Lohan y el director del Ballet Nacional, Antonio Najarro, quienes han aplaudido el trabajo de Modesto Lomba quien salió a saludar de la mano de Carla Simeone, con un conjunto de The Extreme Collection.
Después de mucho tiempo, Agatha Ruiz de la Prada renuncia a sus míticos corazones, una imagen de marca que la identifica pero que cede su espacio en la colección primavera-verano 2018 al volumen. Volúmenes que envuelven a la modelo y la redondean que "cobran vida en movimiento", cuenta la diseñadora.
En este nuevo discurso creativo, Ruiz de la Prada rinde homenaje a Balenciaga sin renunciar al color intenso, a la energía y a la luminosidad en las prendas.
Una colección que supone un regreso a sus orígenes, cuando en los 80 confeccionaba vestidos con estructuras imposibles, piezas abstractas, "esculturas andantes", apunta esta diseñadora que no se acomoda y busca siempre nuevos retos.
Algodones, linos, organzas y gazares se ensamblan con tejidos experimentales y plásticos con el objetivo de confeccionar una moda sostenible que surge de antiguos textiles propios reciclados.
Una colección "divertida, pero no loca", que sobre la pasarela sigue siendo una inyección de vitalidad, de optimismo, donde la banda sonora dice mucho de su personalidad y del estado de ánimo de la creadora.
La firma Angel Schlesser ha subido a la pasarela prendas comerciales, ideadas para el día a día de la mujer, una colección sencilla sin grandes pretensiones en la que priman las superposiciones.
Un línea fácil con estampados marineros, "coloreada con suaves pinceladas en rojo fresa, verde esmeralda y azul", detalla Carolina Ménendez del equipo de Angel Schlesser, marca que defiende trajes de chaquetas, pantalones, vestidos, faldas y blusas que en ocasiones se adornan con plumas.
Por la mañana, Ulises Mérida, mostró un trabajo exquisito, bien construido, con oficio, mientras que Francis Montesinos se decantó por propuestas de aire caribeño, Andres Sarda por una lencería sensual, una segunda jornada que comenzó con un homenaje al diseñador David Delfín y a la modelo Bimba Bosé.
Terminó la mañana con los diseños sostenibles de Ion Fiz y el sugerente baño de Dolores Cortés, quien contó con la "top" Isabeli Fontana.
Muy ilusionada, la brasileña, que llevaba más doce años sin trabajar en España, contó que "adora" su trabajo, la moda, aunque echa de menos no tener una "rutina diaria" con horarios y, sobre todo, la falta de sus dos hijos.