"Antídoto", "muralla" o "remedio" son algunos de los sustantivos usados hoy por los directores de los ocho diarios que forman la Leading European Newspaper Alliance (LENA) para definir el papel que desempeña el "periodismo de calidad" de la prensa tradicional para hacer frente al fenómeno de las "fake news".
Lo han hecho en el foro "Fake News: Cómo combatir las noticias falsas en Europa", organizado por la Oficina del Parlamento Europeo en España en colaboración con la LENA, que estaba previsto que clausuraran el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Sin embargo, la clausura se ha suspendido porque ambas autoridades no han podido llegar hasta el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde se celebraba el acto, ya que en las inmediaciones del edificio ha habido una rotura de una tubería de gas que ha mantenido el tráfico cortado en la zona durante alrededor de dos horas.
El director general de Comunicación y portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch, ha sido el encargado de inaugurar el foro y ha opinado que este asunto "no está de actualidad porque esté de moda", sino porque se está convirtiendo "en un fenómeno tóxico con consecuencias cada vez más imprevisibles". "No supimos luchar contra este fenómeno y pagaremos por ello", ha alertado Duch, que ha confiado en que parte de la solución pasa por "apoyar" al periodismo de calidad y por la puesta en marcha de mecanismos de comprobación de datos.
No obstante, pese a las "debilidades" de la prensa tradicional, los miembros de la LENA -Die Welt (Alemania), Le Soir (Bélgica), Le Figaro (Francia), El País (España), Tribune de Genève (Suiza), La Repubblica (Italia), Gazeta Wyborcza (Polonia) y Tages-Anzeiger (Suiza)- han defendido su trabajo y han recalcado que las noticias falsas han existido siempre. "El periodismo riguroso y de calidad es el único antídoto para combatir la plaga de las noticias falsas", ha sostenido el director de El País, Antonio Caño, que ha considerado que los periodistas no están "entrenados" y sí "muy expuestos y poco protegidos".
Alexis Brezet, director de Le Figaro, ha advertido de la tentación de echarle la culpa a las noticias falsas y la desinformación "para explicar todo lo que no nos gusta: el Brexit, el triunfo de Donald Trump o el ascenso de Marine Le Pen". "Hoy por hoy, pese a sus defectos, carencias y debilidades, la prensa tradicional es la primera muralla contra las 'fake news'", ha subrayado el francés, que ha abogado por que las plataformas y redes sociales que divulgan las noticias falsas también sean responsables de esas informaciones, y no sólo sus autores.
Tanto el director de Le Soir, Christophe Berti, como el de Tribune de Genève, Pierre Ruetschi, han coincidido en que la gente que se cree las "fake news", "quiere creérselas" porque estas noticias "son más fáciles de creer" y porque así ratifican "lo que piensan".
Massimo Russo, director general del área digital de La Repubblica, y Judith Wittwer, directora de Tages-Anzeiger, han insistido en que este fenómeno no nace con Internet, sino que "siempre ha estado ahí", pero ahora con la tecnología afecta de manera diferente. "Ahora todo es más rápido, a mayor escala, con maquinarias de difusión e incluso a veces con intereses económicos", ha detallado Russo.
El editor de Die Welt, Stefan Aust, se ha mostrado contrario a que se legisle contra las "fake news" porque, ha dicho, los medios tradicionales son el remedio y los que tienen que investigar, contrastar y aportar la calidad.
Por su parte, el director adjunto de Gazeta Wyborcza, Piotr Stasinski, ha denunciado que en Polonia todos los medios de comunicación "están siendo atacados ferozmente por las autoridades" y sufriendo campañas similares a las ocurridas con el Brexit o con el presidente de Estados Unidos.