Las razones ligadas al futuro laboral concentran las principales motivaciones de los y las jóvenes hacia el estudio.
El 78% afirma que la formación profesional se adapta más rápidamente que la formación universitaria a las demandas del mercado laboral. Sin embargo, solo el 45% considera que este tipo de formación tiene el mismo reconocimiento social que la formación universitaria.
Al 77% de los y las jóvenes le apasiona lo que estudia. A pesar de ello, algo más de la mitad (el 54%) reconoce que habría elegido otro tipo de formación, si tuviese su futuro asegurado económicamente. El 61% de los jóvenes afirma que tener una serie de conocimientos o habilidades no sirve de nada si no se puede demostrar con una titulación académica.
Entre los días 5 y 15 de junio, más de 200.000 alumnos españoles harán la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU). En vísperas de este examen, la Fundación SM presenta su informe ¿Por qué estudiamos? en el que se indagan en los principales acicates de los jóvenes por el aprendizaje.
Se trata de la tercera de las Encuestas Flash de la Fundación SM a través del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica. Los objetivos de estos sondeos son "hacer llegar la opinión de los y las jóvenes sobre aquellos temas que realmente les importan. La educación es sin duda uno de ellos", comenta Ariana Pérez, directora de los proyectos.
Jóvenes pragmáticos ante un futuro laboral incierto
Las razones ligadas al futuro laboral concentran las principales motivaciones de los y las jóvenes hacia el estudio: poder dedicarse a lo que les gusta (el 29%) y tener más oportunidades de empleo (el 23%), son respuestas que representan una importancia mayor que las relacionadas con el interés por aprender, formarse o cambiar el mundo.
En coherencia con lo anterior, la vocación (el 26%) y las oportunidades profesionales (el 21%), son los motivos fundamentales en la elección de sus estudios.
Cuatro de cada cinco jóvenes entienden que la sociedad da más importancia a tener un título que a ser una persona formada. En línea con esta 'percepción social', una mayoría de jóvenes (el 61%) afirma que tener una serie de conocimientos o habilidades no sirve de nada si no se puede demostrar con una titulación académica. A pesar de esto, tres de cada cinco jóvenes afirman que sus profesores han fomentado su interés por aprender.
La productividad como prioridad
Los y las jóvenes perciben un sistema educativo que prioriza ante todo la productividad y la adquisición de competencias profesionales, mientras que los objetivos relacionados con el compromiso con el medioambiente y la justicia social tendrían una importancia menor.
La mitad de los y las jóvenes opina que los sistemas educativos se están adaptando lo suficiente a los cambios en el mercado laboral para preparar a los estudiantes para los trabajos del futuro. Más concretamente, en lo que se refiere a la educación superior, el 78% afirma que la formación profesional tiene una capacidad de adaptación mucho más rápida que la formación universitaria, pero un menor reconocimiento social.