La ballena beluga que había entrado en el río Sena ha fallecido este miércoles durante las operaciones de rescate. El cetáceo había sido recuperado en una esclusa de Eure, en el norte de Francia. Las autoridades tenían previsto trasladarla al mar, sin embargo, durante el traslado "los veterinarios constataron una degradación de su estado, especialmente de sus funciones respiratorias", según una experta del Servicio de Bomberos, Ollivet Courtois.
"El sufrimiento de este animal era evidente", declaró la veterinaria de los bomberos en un mensaje distribuido por la Prefectura de Calvados. Ante el padecimiento del animal, "se hizo necesario llevar a cabo la eutanasia", ha explicado Courtois.
Las autoridades preveían dejar a la ballena unos días en una piscina de agua salada antes de liberarla en el mar, en las costas de Normandía. El animal, acostumbrado a vivir en las frías y saladas aguas canadienses, había acabado de manera fortuita en el Sena e iba a ser trasladado a Ouistreham, en la costa normanda, donde iba a permanecer tres días en un estanque de agua marina antes de ser liberado en alta mar.
Sin embargo, el animal había dejado de alimentarse hace un tiempo y se encontraba en un estado de salud que preocupaba a las autoridades, veterinarios y activistas, que habían decidido adelantar el rescate para evitar que enfermara aún más.
La beluga, un macho que pese a sus 800 kilos estaba más delgado de lo que corresponde a un cetáceo de estas características, había sido bloqueado en una zona del río Sena mediante esclusas el pasado jueves. Fue extraído de madrugada del agua con una red levantada por una grúa, un momento muy estresante para el animal, según las autoridades.
La Prefectura de Calvados lamentó el fallecimiento, a pesar de la movilización inédita en la operación de salvamiento, que implicó a 80 especialistas y duró 8 horas. El pasado mes de mayo, una orca entró en el Sena donde estuvo varios días, pero murió de cansancio y falta de alimentación antes de que pudiera ser rescatada.
Los especialistas barajan varias opciones para explicar estos fenómenos, como un exceso de contaminación sonora que los desorienta o que se pierden por las modificaciones en las corrientes marinas debido al calentamiento global.