El papa Francisco animó a las dos Coreas a "buscar la paz" y "derribar los muros de la desconfianza" durante una ceremonia en el palacio presidencial de Seúl, donde el pontífice llegó para una visita de cinco días a Corea del Sur.
"La búsqueda de la paz por parte de Corea es una causa que nos preocupa especialmente, porque afecta a la estabilidad de toda la región y de todo el mundo, cansado de guerras", aseguró Francisco en lo que fueron sus primeras palabras, pronunciadas en inglés, en territorio surcoreano.
El Pontífice, que se reunió tras su llegada con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, recordó que la Península de Corea "es una tierra que ha sufrido durante mucho tiempo la ausencia de paz" e hizo un llamamiento a "derribar los muros de la desconfianza y del odio promoviendo una cultura de la reconciliación y de solidaridad".
Francisco destacó que "la diplomacia como arte de lo posible está basada en la firme y constante convicción de que la paz se puede alcanzar mediante la escucha atenta y el diálogo, más que con recriminaciones recíprocas, críticas inútiles y demostraciones de fuerza".
Las palabras del Papa llegan precisamente un día en que se ha vuelto a elevar la tensión en la península coreana con el lanzamiento al mar de hasta cinco misiles de corto alcance por parte del régimen de Kim Jong-un.
La relación entre Norte y Sur en los últimos años ha estado caracterizada por los constantes roces y desencuentros, mientras ambos países permanecen técnicamente enfrentados desde la Guerra de Corea (1950-53), ya que solo se firmó un armisticio.
"Los coreanos creemos que el dolor de las Coreas puede curarse con su visita y esperamos que ésta nos lleve a la reconciliación", expresó la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, en palabras dirigidas a Jorge Mario Bergoglio.
El Papa, que mañana participará en la VI Jornada de la Juventud católica Asiática, que tiene lugar en el oeste del país, insistió en su discurso en la importancia de aprovechar la cita para "escuchar los anhelos y preocupaciones de los jóvenes" y "reflexionar sobre la necesidad de transmitirles el don de la paz".
Además, destacó el importante papel de los pioneros católicos coreanos que "dispuestos a dar su vida por la verdad en que creían", según las palabras de Bergoglio, extendieron esta fe en el país en los siglos XVIII y XIX a pesar de sufrir persecuciones y torturas.
Francisco participará el sábado en la beatificación de 124 mártires surcoreanos en la emblemática plaza de Gwanghwamun de la capital, en un evento que puede atraer hasta un millón de personas, según estimaciones de las autoridades. La visita del pontífice argentino a Corea del Sur, donde viven 5,4 millones de católicos, se considera histórica al ser la primera de un papa al país en 25 años y la primera en dos décadas a Asia Oriental.