Vitamina A, E, C, D... el organismo esta compuesto por diferentes vitaminas, pero ¿qué son? Se trata de un grupo de sustancias necesarias para el funcionamiento celular, el desarrollo y el crecimiento normal.
Existen un total de 13 vitaminas esenciales, es decir, requeridas para que el cuerpo funcione apropiadamente. Entre estas se encuentra la vitamina D, en la que nos centraremos en este artículo de Telemadrid.es.
¿Qué es la vitamina D?
La vitamina D es almacenada en el tejido graso por su alta solubilidad, su función es absorber el calcio para mantenerlo en los huesos.
Sin embargo, la insuficiencia de esta es algo muy común causada habitualmente por una baja ingesta de alimentos que la contienen, así como una exposición solar inadecuada, especialmente en niños y mayores en la estación de invierno.
El hospital Gregorio Marañón explica, a través del portal de la Comunidad de Madrid, como enfermedades del intestino impiden que la vitamina D se absorba como es debido, tales como celiaquía, enfermedad de Crohn, Fibrosis quística y cirugías como el by-pass gástrico.
En ocasiones, se da la incapacidad de procesar esta vitamina tan esencial por enfermedades crónicas del hígado o del riñón o por falta de enzimas o sustancias, necesarias para su metabolización.
Síntomas:
Los peligroso de esta deficiencia es su asintomatología. Sin embargo, en los casos más severos pueden darse huesos débiles o blandos, dolores óseos, debilidad muscular, calambres que pueden derivar en caídas.
Algunas de las formas clínicas más graves son el raquitismo en la infancia y la osteomalacea en el adulto.
Diagnóstico:
La analítica sanguínea es el principal detector. No debe ser realizada rutinariamente, solo es recomendable para niños malnutridos, personas que pasan la mayor parte del tiempo en espacios interiores y enfermos del aparato digestivo que padecen celiaquía u osteoporosis.
La dosis de calcio necesaria según el Hospital Universitario Gregorio Marañón son1000mg en mujeres premenopáusicas y 1200 mg en postmenopáusicas.
¿Cómo prevenirlo?
Uno de los métodos de aumentar la vitamina D es la ingesta de alimentos que la contengan. Entre estos se encuentran los lácteos, pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún o el aceite de hígado de bacalao, incluso zumos y cereales pueden contribuir a mantener unos buenos niveles.
Entre las mejores fuentes naturales de vitamina D se encuentra el hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso, según el National Institutes of Health. Además, aseguran que los hongos "aportan algo de vitamina D", incluso si se exponen a la luz ultravioleta pueden "aumentar su contenido".
Más alimentos ricos en vitamina D:
- Anguila, angula, caviar
- Carpa, arenque, congrio
- Bonito fresco, salmón ahumado
- Sardina, palometa, dorada, borraja
- Anchoa, boquerón
- Hígado de cerdo
El consumo de algunos fármacos y suplementos también pueden colaborar ante la falta de esta vitamina, aunque siempre bajo preinscripción médica. Los expertos recomiendan 800 UI de vitamina D por día en adultos y 400 UI en niños.
¿Qué relación tiene con el sol?
La vitamina D es conocida como 'la vitamina del sol', pero ¿por qué? Esta vitamina es producida por la piel y activada por los riñones, por lo que se sintetiza en presencia de los rayos ultravioleta del sol, según Sebastian Podlipnik dermatólogo del Hospital Clínic de Barcelona.
El especialista incide en la importancia de "tomar el sol de forma responsable", con el fin de obtener los beneficios de la vitamina D, sin aumentar otros riesgos como el de cáncer de piel.
La radiación ultravioleta de tipo B (UVB) fomenta la vitamina D3. Aunque la dosis de UVB no se conocen con certeza para un estado óptimo de la vitamina D, Podilipnnik la sitúa en una "dosis bajas de rayos UVB", siendo necesaria una exposición "moderada al sol en la cara, los brazos y las piernas".