Todo lo que bien empieza, 'muy bien' acaba. Así se ha puesto punto y final a la Boda Real monegasca. Si la sobriedad reinó en el outfit de Charlene durante la tarde, la elegancia y el glamour más sofistado baño la noche mágica de los Príncipes de Mónaco.
El miniprincipado ha vivido tres días de fiesta para celebrar el 'sí quiero' del Príncipe Alberto y la Princesa Charlene pero sin duda el último colofón del enlace ha sido el más espectacular. Parece que la novia supo guardarse un As en la manga para el último momento de su enlace.
Sin lugar a dudas la protagonista fue Charlene quien dejó a un lado el diseño de Giorgio Armani, de corte sirena y cuello barco, para enfundarse un espectacular vestido sin mangas, con volantes en la falda y pailetes que hicieron brillar con luz propia a Su Alteza Serenísima laPrincesa Charlene de Mónaco. El diseño nocturno también fue obra del modisto italiano y se combinó con una original diadema.
A su lado, con un impecable frac de chaqueta blanca y pantalón negro, apareció su ya marido, Alberto de Mónaco, que muy sonriente no soltó de la mano a su princesa.
"CENA, BAILE Y FUEGOS ARTIFICIALES"
La cena de gala estuvo en manos del gran chef Alain Ducasse, donde el sabor mediterráneo triunfó sobre los platos. Un delicioso menú que acabó con una gran tarta blanca y que dió paso a los fuegos artificiales que estuvieron acompañados de la interpretación del Himno al amor y que terminaron con más de mil rosas rojas formando un gigantesco ramo de flores de fuego sobre el Mediterráneo.
El colofón de la celebración vino a ritmo de 'The streets of Philadelphia' y 'Africa' de Johnny Clegg. Una fiesta que se alargó durante la noche más brillante de toda la costa francesa.