España se enfrenta probablemente al fin de semana más díficil en la carretera, en cuanto a condiciones de circulación se refiere, de todo el año. El temporal de nieve y frío está complicando mucho el estado de las carreteras. De cara al fin de semana, cuando muchos madrileños se disponen a coger el coche para desplazarse, también fuera de nuestra comunidad, es oportuno recordar una serie de recomendaciones, de mantenimiento del vehículo, y de técnicas de conducción sobre hielo y nieve, para cogerlo con seguridad y no tener ningún accidente o sorpresa en la carretera.
Especialistas como Francisco Ruiz, vocal de la junta directiva de ASETRA, nos explican que el coche ha de revisarse especialmente ahora, ante este tipo de viajes. Lo primero es revisar el estado de los neumáticos. Sobre hielo o nieve un pequeño fallo de presión, o el mal estado de los neumáticos puede provocar un accidente. Es preciso cambiar los neumáticos si presentan algún tipo de problema, también ponerles la presión adecuada, nunca por encima de la indicada, ya que así perderían todavía más adherencia.
También hay que revisar los líquidos del vehículo, especialmente el anticongelante. Comprobar los frenos, las luces, especialmente necesarias en condiciones de baja visibilidad como las de este fin de semana, y también revisar el estado de los limpiaparabrisas. Es muy desagradable y poco eficiente si están dañados.
Además hay que equiparse para este tipo de conducción. Llevar siempre cadenas y una rasqueta para quitar el hielo del parabrisas.
Conviene además circular con el depósito de combustible sobrado, nada de escatimar o esperar que se ponga la luz roja. En caso de necesidad, o de quedarnos bloqueados, un coche sin gasolina no sólo es un estorbo. Se convierte en una nevera porque no puede funcionar ni la calefacción.
La segunda parte es cómo reaccionar en caso de emergencia, cuando se circula por hielo o por nieve.
Un circuito como el que tiene el RACC en la carretera de Arroyomolinos, al sur de Madrid, sirve para probarse en situaciones que imitan por ejemplo el derrapaje de un vehículo sobre nieve o hielo.
Salvador Navarro, instructor de este centro y piloto, recomienda llevar una marcha más larga de lo habitual, circular sin dar grandes acelerones ni frenazos, y sobre todo dejando una distancia de seguridad mucho más amplia de lo habitual. No sólo se trata de impedir un accidente provocado por nosotros mismos, también de poder reaccionar si el vehículo que nos precede pierde el control.
Sólo probándose en situaciones difíciles un conductor adquiere la preparación necesaria para reaccionar correctamente en la vida real.
De ahí que estos cursillos y circuitos de pruebas sean básicos para la formación de un conductor en activo. Algunos países como Suecia hacen obligatorio a todos los conductores pasar por estos cursillos de formación específica, y reciclar sus conocimientos en pruebas prácticas de conducción real.