Crece la demanda de vinos desalcoholizados, desde los 0,0 al 0,5% grados, y de los parcialmente desalcoholizados, de entre un 0,5 y un 8%
En España no se consume, pero se elabora
EFE
Las bodegas tratan de afrontar la creciente demanda de vinos desalcoholizados o parcialmente desalcoholizados, una tendencia que, aunque de forma más incipiente y lenta en España, no deja de crecer entre un variopinto arco de consumidores en el mundo y que empuja a la industria a perfeccionar el producto.
Su creciente importancia ha hecho que los vinos desalcoholizados -desde los 0,0 al 0,5 %- y los parcialmente desalcoholizados -de entre un 0,5 y un 8 %, el grado mínimo de alcohol aplicable a esta bebida- se convirtieran en protagonistas del 44 Congreso Mundial de la Viña y el Vino, que se celebró la semana pasada en Cádiz.
"Hay una demanda general de vinos con menos alcohol o sin alcohol. Es un mercado diverso: embarazas, personas enfermas o que por razones religiosas no toman alcohol, o simplemente los jóvenes, la generación Z busca productos más sanos, o no beben o beben muy poco, por eso los productores de vino están respondiendo a esa demanda", explica Neslilah Ivit, jefa de la Unidad de Enología de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV).
NUEVA OLA DE LA LEY SECA
El italiano Luigi Moio, presidente de esta entidad que aglutina a 49 países de todo el mundo productores de vino, ha alertado en el congreso de la necesidad de que el sector se proteja frente a una especie de "nueva ola de la ley seca" que se aprecia en el mundo.
En concreto, Moio hizo referencia a campañas como la de la OMS que subrayan que ningún consumo de alcohol es bueno y que echan por tierra los estudios que afirman que el consumo moderado de vino no es perjudicial para la salud, e incluso tiene algunos beneficios.
Dentro de esta nueva ola, la OIV enmarca el polémico proyecto de Irlanda para que las etiquetas de todas las bebidas alcohólicas, incluidas las del vino, alerten de que son nocivas para la salud, al estilo de lo que se hace en las cajetillas de tabaco.
Por unas razones u otras es un mercado del vino sin alcohol está en expansión, especialmente en EEUU, Reino Unido, Francia , Alemania o Sudáfrica, donde ya es bastante habitual encontrarlos en las cartas de los restaurantes.
EN ESPAÑA NO SE CONSUME PERO SE ELABORA
"En España el consumo es muy bajo, muy por detrás de países donde lleva años ya consumiéndose. Pero el aumento del interés de las bodegas es impresionante", explica Silvia Seceno, de la compañía Bevzero, que tiene la única planta en el país que ofrece a los productores de vino una tecnología para desalcoholizarlos, ubicada en Villatobas (Toledo).
Si en 2015 desalcoholizaron medio millón de litros de vino, en 2022 hicieron el proceso a 6,5 millones de litros.
"Se puede desalcoholizar todo tipo de vinos: tintos, blancos, rosados, un albariño, un fino, estamos haciendo vinos con crianza y quedan muy interesantes", asegura Silvia Seceno, que ha dirigido una cata en el congreso de estos vinos.
Su empresa ofrece este servicio a bogegas o cooperativas españolas, que llevan allí sus caldos para después comercializarlos en su mayor parte fuera de España.
LO QUE SE VA CON EL ALCOHOL
"No hay que comparar esto con un vino porque es otra cosa. Cuando le sacas el alcohol, sacas todo el balance del vino, pero una persona que no bebe alcohol puede tomar algo que es parecido al vino y tener su sensación, sus aromas y su alegría", asegura Neslilah Ivit.
"Hay dos opciones: usar los aromas que has perdido, porque hay métodos que puedes captarlos y reintegrarlos, o añadir después aromas naturales que eran los del vino original", cuenta Ivit.