El etiquetado del vino contará con una alerta sanitaria asociada a que su consumo podría incrementar el riesgo de padecer cáncer. La decisión de Bruselas busca cambiar las advertencias por iniciativas de consumo responsable.
A partir de diciembre de 2023 la Comisión Europea obligará a incluir códigos QR con los ingredientes y los valores nutricionales.
También contará con pictogramas dirigidos a personas de riesgo, embarazadas o menores de edad, facilitando no tener que traducir el etiquetado cuando se exporta al resto de países de la Unión Europea.
Esta nueva medida supone una gran amenaza para los vinicultores del país. La producción de vino representa el 2,2% del Producto Interior Bruto de España.
José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino, ha explicado que “no se adecua a la realidad científica”. A día de hoy el vino se elabora de manera sostenible o refrigerado mediante geotermia, y cumple con las medidas impuestas por la Unión Europea.