Son datos del estudio DRUID, realizado en 19 países de toda Europa y que en España ha controlado a más de 3.000 conductores. Sus resultados colocan a España en el primer puesto del consumo de drogas entre los conductores, con una tasa de positivos cercana al 8%, cuando la media europea no llega al 1% de positivos, y el dato del segundo país con más consumo al volante, Italia, tampoco alcanza el 3% de positivos.
El estudio también traza un retrato-robot del conductor que consume drogas: se trata de un hombre de mediana edad, urbano, que circula de noche, no sólo en fin de semana, y que además de drogas como la cocaína o el cannabis, puede consumir alcohol e incluso otros psicofármacos.
La tasa de positivos en drogas duplica la actual tasa de alcoholemia, que no suele superar el 3% de todos los conductores examinados en España. El problema para detectar y sancionar este tipo de conducta, tipificada como muy grave, es la falta de controles en carretera.
De ahí una cierta impunidad entre los que consumen drogas y se ponen al volante.
Por eso la Fiscalía de Tráfico está tratando de generalizar el uso de este tipo de controles preventivos anti-droga y de hecho ya se ha equiparado esta conducta con la de conducir bajo los efectos del alcohol.