La Guardia Civil ha intervenido en Elche (Alicante) más de dieciocho toneladas de tabaco ilegal valoradas en 2.720.000 euros y ha detenido a tres personas e investigado a otra por delitos de contrabando, contra la salud, pertenencia a grupo criminal y contra la hacienda pública.
Los investigadores estiman que la red desarticulada podría haber distribuido 54 toneladas de tabaco desde 2014, valoradas en más de ocho millones de euros, informa la Dirección General de la Guardia Civil.
Se trata de la operación Granel en la que han sido arrestados dos hombres y una mujer de 58, 31 y 33 años, y está investigando a otro hombre de 28 años, toda de nacionalidad española. La investigación se inició tras la jornada formativa que organizó la Guardia Civil de Alicante con estanqueros, distribuidores y miembros de la Agencia Tributaria para luchar contra el tabaco de contrabando.
Fruto de este trabajo y tras más de un mes de investigación, la Guardia Civil descubrió un envío de varias cajas a un domicilio de Olivares (Sevilla) a través de una empresa de transporte. La dirección que constaba en el albarán de las cajas era inexistente y la empresa había recibido una llamada justo antes de la entrega con un cambio de la misma.
En las cajas había unos 600 kilos de picadura de tabaco y su destinatario era un conocido distribuidor en Sevilla. Tras las informaciones obtenidas, fue localizada una nave en Elche y tuvieron indicios de que se pudiera utilizar para almacenar, manipular y distribuir hojas de tabaco picado, por lo que los agentes procedieron a su registro e intervinieron más de dieciocho toneladas de tabaco ilegal.
Aunque el aspecto de la nave era totalmente normal en cuanto a la actividad diaria de los empleados, los agentes descubrieron que si bien la empresa estaba autorizada para desarrollarla estaba dada de alta en otro local distinto que había sido incluso inspeccionado por el Comisionado del Tabaco.
Además, las cantidades declaradas de tabaco manipulado no se correspondían con la cantidad de personas y el volumen de trabajo que se percibía en la nave. Otra de las pistas que alertó a los investigadores fue la publicación en un medio de comunicación de un reportaje sobre la comercialización de residuos del tabaco para uso agrícola y ganadero como fertilizante e insecticida.
Mediante ese artículo el grupo criminal habría tratado de dotar de legalidad a su actividad pero la empresa carecía de las autorizaciones necesarias para la fabricación de ese tipo de productos. Una vez destapado el entramado, la Guardia Civil descubrió que los detenidos utilizaban una empresa "pantalla" con la que compraban la materia prima y luego facturaban la venta de los productos a través de contactos directos y páginas web.
Se estima que el grupo criminal operaba desde 2014 y que podrían haber distribuido más de 54 toneladas de tabaco por toda España e incluso Portugal, con un valor aproximado de más de ocho millones de euros.