Más de 19 millones de personas se encuentran al borde de una hambruna "devastadora" como consecuencia de los impactos de la pandemia de COVID-19, los conflictos y los desastres naturales, un 50 por ciento más que en 2019.
Así lo ha revelado la ONG World Vision en el informe 'Doble Desafío', en el que ha alertado de que la hambruna, la peor crisis de estas características "en décadas", podría llevar a diez millones de niños a morir de hambre, muchos de los cuales ya luchan por sobrevivir en campos de refugiados.
El trabajo también señala que 20 países están sufriendo "graves" crisis alimentarias, sobre todo los países en conflicto, como Afganistán, Somalia o Sudán del Sur. A finales de 2020, 121 millones de personas se iban a dormir con hambre, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), principalmente en países ya afectados por crisis de diversa índole, a causa de la COVID-19.
Por ejemplo, en Siria, según los datos del PMA, 9,3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, lo que representa casi la mitad de la población del país y la cifra más alta registrada. Constituye, además, un aumento de 1,4 millones de personas desde el inicio de 2020.
Por su parte, alrededor de 3,3 millones de refugiados de Africa Oriental, el 72 por ciento del total de los refugiados de la región, se enfrentan a recortes de raciones de entre el 10 y el 40 por ciento, lo que les expone a más hambre y malnutrición.
En total, 235 millones de personas en todo el mundo necesitarán asistencia vital en 2021, un aumento sin precedentes del 40 por ciento en sólo un año, según las estimaciones de la ONU.