Un fallo de montaje del cohete Vega, que superó los controles, se confirma como causa de la pérdida del sofisticado satélite de observación español Ingenio tras su lanzamiento el 17 de noviembre.
La Comisión de Investigación Independiente (IEC) creada tras el accidente por la ESA y Arinaspace concluye en su informe final que la causa del fallo del Vega VV17 no es atribuible a un fallo en la calificación del diseño "sino al enrutamiento y conexión incorrectos de las líneas de control de los actuadores electromecánicos del sistema de control vectorial de empuje (TVC) de la etapa superior" del cohete.
Este hecho invirtió los comandos de dirección y provocó "la degradación de la trayectoria que conduce a la pérdida del vehículo", informa la ESA en un comunicado.
El IEC ha presentado un conjunto completo de recomendaciones inmediatas y permanentes para garantizar un regreso seguro y rápido al vuelo, así como para garantizar la confiabilidad de los vehículos de lanzamiento a largo plazo.
El primer conjunto de recomendaciones incluye inspecciones y pruebas adicionales en los siguientes dos lanzadores Vega, cuyo hardware ya está total o parcialmente producido, y mano de obra. Se han propuesto recomendaciones permanentes para mitigar aún más las causas raíz identificadas, con respecto a los procesos de fabricación, integración y aceptación en las líneas de ensamblaje de Vega en Italia y su aceptación final en la Guayana Francesa.
Tras 8 años de trabajo, SEOSAT-Ingenio iba a ser todo un hito al ser el primer satélite 100% español, que se encargaría de 'vigilar' desde el espacio el estado de los suelos, del agua, del aire, e incluso la contaminación de las ciudades.
Liderado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el coste total del proyecto rondó los 200 millones de euros. Era la primera vez que España diseñaba y desarrollaba un sistema completo espacial. De hecho, los contratistas principales, el subsistema, los equipos, los operadores y la explotación comercial ha sido española.