Valdaracete es una de las localidades situadas más al este de la Comunidad de Madrid. De hecho algunos denominan a esta parte de la región la Alcarria madrileña. Y es justo esta situación próxima a la raya la que la convirtió en un momento de la historia en tierra de consenso y de paz.
Las legendarias disputas entre el todopoderoso Arzobispado de Toledo y la Orden Militar de Santiago se extendían por Castilla. Madrid, como región, no existía y la influencia del Madrid capitalino no era aún la que ha llegado a ser.
En aquel entonces (siglo XII) las fronteras no estaban tan definidas y muchas partes se consideraban tierra de nadie tras ser reconquistadas. Y ahí nacían conflictos por el aprovechamiento de pastos, de bosques, del agua del Tajuña o de lo que fuera.
Y en uno y otro lado se acusaban de robos de ganado, de acaparar los riegos o de asentarse en tierras que no le pertenecían a uno. Las disputas entre el arzobispado toledano y la Orden de Santiago crecieron y el enfrentamiento llegó a tal punto que se vio la necesidad de poner paz. Y ahí aparece Valdaracete.
En 1277 el comendador de Santiago y el arzobispo de Toledo pactan una figura que medie en tanto descalabro y Valdaracete se convierte en sede de la Hermandad y Concordia con el nombramiento de un juez en el lugar.
Así, de un lado quedan los entonces pueblos toledanos Ambite, Orusco, Carabaña, Valdilecha, Tielmes y Perales. Del otro, los fronterizos Estremera, Fuentidueña, Fuente Saúco, Salvanés y Valdepuerco. Estos tres últimos, despoblados, se convierten en terreno común para unos y otros.
¿Esteban o Estebanía?
Cuenta magistralmente Felipe Alonso en su obra 'Misterios, anécdotas y leyendas de la Comunidad de Madrid' que el curioso caso de una vecina de Valdaracete, portentosa atleta, que rivalizaba en fuerza con los varones del lugar.
Es un hecho cierto que esta persona existió porque se cita en la Relaciones Topográficas de Felipe II. En ellas se cuenta que la tal Estebanía acabó siendo Esteban. Y así se relata: "(...) la mandaron ver y examinar por matronas y parteras para ver su participación del sexo viril y fue hallada ser hermafrodita".
La comisión encargada del caso resolvió que "escogiese el hábito con que quería vivir y andar y eligió el de hombre". Esteban casó con una mujer, canónicamente, y se convirtió en un gran maestro de esgrima con varias escuelas en Granada. Ningún hombre de Valdaracete, señala el texto regio, "jugando con él pudo ganar honra".