El acuerdo entre Sumar y PSOE ha planteado sobre la mesa una medida que afecta directamente a las aerolíneas que se ha planteado como una legislación medioambiental: reducir los vuelos domésticos en rutas donde exista alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media. Unos trayectos que, aunque con la llegada de la alta velocidad en el tren se han ido diluyendo, siguen siendo esenciales para algunas compañías como Iberia o Air Europa, ya que les sirven para alimentar los viajes hacia otros destinos internacionales, sobre todo a Latinoamérica y Estados Unidos.
Son pocas rutas las que bajo esa fórmula se verían afectadas, pero igualmente importantes, ya que conectan el 'hub' de Madrid-Barajas con algunas de las principales ciudades españolas. Son cinco potenciales trayectos donde el veto a los vuelos cortos podría tener incidencia. Estos son: Madrid-Barcelona, Madrid-Málaga, Madrid-Valencia, Madrid-Alicante y Madrid-Sevilla.
Se trata de rutas que en ambos sentidos movieron el año pasado cerca de 3,5 millones de pasajeros. En concreto, 1.716.000 pasajeros usaron el puente aéreo Madrid-Barcelona; más de medio millón viajaron en el trayecto que une la capital a Málaga; cerca de 400.000 el Madrid-Sevilla; 308.797 el Madrid-Valencia y 280.000 el Madrid-Alicante. En total, no representan ni el 1% de los 240 millones de viajeros que transitaron el año pasado por los aeropuertos españoles.
De momento, PSOE y Sumar no han dado muchas concreciones sobre la medida, pero en la hoja de ruta marcada está el compromiso de impulsar la reducción de los vuelos domésticos con alternativa ferroviaria, “salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales”. Un matiz que no se ha aclarado y que es confuso.
El AVE no llega a ningún aeropuerto
La previsión es que el AVE llegue a Barajas en 2026 y lo haga con un máximo de dos trenes a la hora, cuando las aerolíneas calculan que necesitan entre ocho y diez para poder suplir a los vuelos cortos. En todo caso, las compañías aéreas aseguran ser las primeras en apoyar la intermodalidad, pero cuando exista el contexto necesario para poder efectuarlo.
El presidente de Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, en caso de prohibir estos vuelos sin ofrecer una solución intermodal, lo más probable es que todos estos pasajeros sigan volando, pero a través de otros ‘hubs’ europeos”, lo cual “emitiría más y se reduciría la competitividad y conectividad de largo radio de nuestro país”.