Cuando el Gobierno aprobó a finales de 2022 la rebaja del IVA en ciertos alimentos se plantearon dos grandes dudas: a quién beneficiaba la medida y si los supermercados iban a trasladarla efectivamente a los precios. Para la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el descuento, prorrogado a finales de junio, fue efectivamente trasladado a los precios que los consumidores, según su estudio que afirma que no ha detectado “problemas sistemáticos” en la traslación de la bajada del impuesto.
La medida, que tuvo un impacto de 626 millones en la recaudación de Hacienda en el primer semestre, suprimió el IVA del 4% que se aplica a todos los alimentos de primera necesidad, como el pan, la harina, la leche, los quesos o los huevos, y redujo del 10% al 5% el del aceite y la pasta.
El organismo supervisor ha recabado más de 60.000 precios entre casi 24.000 distribuidores minoristas y establecimientos de todas las provincias de España, desde diciembre de 2022 hasta mayo de 2023. Y llega a la siguiente conclusión: “Del análisis del conjunto de datos disponibles se desprende, de forma indiciaria, que los distribuidores minoristas, en general, redujeron los precios finales de los productos afectados tras la rebaja del IVA introducida en enero de 2023″.
Para los productos que no experimentaron la bajada esperada, apuntan, “la diferencia es muy reducida, por lo que no puede descartarse que se deba al redondeo u otros factores puntuales”. Aunque el supervisor reconoce que los precios de los alimentos con IVA suspendido o reducido subieron ligeramente a partir de enero, también constata que lo hicieron menos que el resto de los productos.
La CNMC, y así lo reconoce en el documento, no es el primer organismo que llega a estas conclusiones: el Banco de España ya determinó, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que la traslación a precios de la bajada del IVA había sido aproximadamente del 90%. Otro estudio del Centro Conjunto de Investigación de la Comisión Europea, a partir de datos online de una cadena de supermercados, encontró que la traslación fue en general elevada, aunque habría variado según la categoría de producto entre un 30% hasta más de un 100%.