La bióloga experta en neurociencia y comportamiento humano Tamara Pazos defiende los paseos matutinos con exposición a la luz natural como unas de las mejores recomendaciones que se puede dar a una persona desde el ámbito de la salud. Una idea que ha defendido en su obra ‘Este libro te hará vivir más (o por lo menos mejor)’.
Los beneficios de estar a luz solar, añade la experta, son los que también llegan con la actividad física: “Beneficios a nivel cognitivo, de prevención enfermedades neurodegenerativas... La recomendación general, en el momento del día que podamos, es de paseos de media hora continuada”.
Los ‘paseos de luz’, un término utilizado por Pazos, consiste en recibir luz natural a través de los ojos y la piel para incluso mejorar nuestro estado de ánimo. La revista 'Nature Mental Health' ha publicado recientemente un estudio que concluye con que aquellas personas que se exponen a grandes cantidades deluz durante el día ven reducido su riesgo de depresión en un 20%. En el sentido contrario, aquellos participantes del estudio que se exponían a grandes cantidades de luz durante la noche veían aumentado el riesgo de desarrollar determinados trastornos mentales en un 30%.
“Si nos queremos beneficiar de la activación que nos da el sol con esa dopamina, sería ideal a primera hora del día unos 15 minutos para producir ese efecto de activación”, explica Pazos en 120 Minutos.
“Hoy en día, los seres humanos desafiamos nuestra biología y pasamos alrededor del 90% del día en interiores bajo una iluminación eléctrica que es demasiado tenue durante el día, y demasiado brillante durante la noche en comparación con los ciclos de luz natural y oscuridad”, afirmaba Sean Cain, autor principal del estudio y profesor asociado de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Monash, en esta investigación.
Sin embargo, con la llegada del cambio de hora otoñal, y para aquellos que comienzan el día mucho antes del primer rayo de luz solar, se puede “jugar con la activación dentro del hogar”: “Despertar en oscuridad es contraintuitivo, necesitamos esa luz para activarnos. Podemos jugar con focos intensos, cenitales de arriba hacia abajo y podemos jugar con la temperatura de la ducha o el agua fría en la cara”, aconseja la experta.