Las dos manadas, después de una dura ruta por Puebla de la Sierra, han tenido que sacar fuerzas de flaqueza en el juego de recompensa. El premio, cuatro suculentas raciones de pollo asado con patatas fritas para los ganadores (además de 10 minutos de ventaja para el próximo desafío). La prueba no podía ser más desagradable; con sus bocas como herramientas debían trasladar los ingredientes tradicionales de la morcilla (sangre, vísceras y cebolla) hasta un recipiente.