Un nuevo día amaneció para el campamento y Manu y Vanesa se batieron en un un duelo de habilidad que consistía en abrir una serie de cajas con la dificultad de estar colgados boca abajo. Vanesa estuvo más rápida y por tanto Manu tuvo que decir adiós.
Las dos manadas, ya sólo con dos componentes cada una de ellas, afrontaron un desafío esta vez distinto; en vez de ruta, tuvieron que descender el chorro de Somosierra, el mayor de la Comunidad de madrid, mientras el otro compañero hacía un camino paralelo, pero en ascenso. Miki y Carmen estuvieron más finos y se convirtieron en los dos primeros finalistas de 40 Grados Norte.
Los lobos rojos ganaron también la prueba de provisiones, pero decidieron compartir parte de su botín (como la estancia dentro de la tienda de campaña). Ambas manadas tuvieron momentos de reflexión y de recuerdo de lo vivido hasta ahora.