Las dos manadas, ya sólo con dos componentes cada una de ellas, afrontaron un desafío esta vez distinto; en vez de ruta, tuvieron que descender el chorro de Somosierra, el mayor de la Comunidad de madrid, mientras el otro compañero hacía un camino paralelo, pero en ascenso. Miki y Carmen estuvieron más finos y se convirtieron en los dos primeros finalistas de 40 Grados Norte.