En pleno centro de Madrid, hacen sus necesidades, comen, se duchan o practican sexo sin respetar a nada y a nadie.
La imagen, dicen, es lamentable y los vecinos están hartos. La situación es tan desagradable que hay vecinas que ya han tomado sus propias medidas, consistentes en evitar el tránsito por la zona, teniendo que hacer uso del autobús para ello.
La mayoría de los vecinos concide en sospechar que se trata de redes organizadas.